El Gobierno ofreció ayer a Bruselas una subida general de impuestos que aportarán a las arcas públicas del Estado 5.654 millones de euros más. En el Programa de Estabilidad 2019-2022 que envió ayer el Palacio de la Moncloa a la Comisión Europea se anuncia que, aparte de aumentar la recaudación, tienen previsto crear nuevas figuras tributarias. Es decir: la "presión fiscal" del Ejecutivo se vería aumentada del 35,1% al 37,3% de 2019 a 2023, unos 26 millones de euros en total.
Entre los nuevos impuestos se encuentran el de los servicios digitales -la famosa tasa Google-, el tributo a las transacciones financieras, la súbida al diésel o los repuntes del IRPF. Estos ya se encontraban en la agenda económica de Pedro Sánchez que no consiguió sacar adelante en los Presupuestos Generales del Estado 2019 (PGE) por el rechazo de la mayoría de los diputados del Congreso. No obstante, es difícil que estos impuestos entren en vigor este año por la celeridad de los acontecimientos: todavía se tienen que constituir un Gobierno que tenga la estabilidad mínima requerida para elaborar unas nuevas líneas presupuestarias, que seguramente recojan parte de la propuesta de Sánchez a Bruselas.
Con este plan, el Gobierno prevé acabar con el déficit público en 2022. Este año se sitúa en el 2,48%, que bajaría hasta el 2% al final de este año. En 2020 se vería reducido hasta el 1,1%; hasta el 0,4% en 2021.