Si por algo se caracteriza Pedro Sánchez es por acallar las especulaciones tras las decisiones que su gobierno o él mismo toman. Ayer, tras el acto central en homenaje a los 40 años de Constitución, el presidente del Ejecutivo comunicó de manera informal a un grupo de periodistas que convocar elecciones no entra en sus planes y que sus esfuerzos se van a centrar en aprobar los Presupuestos Generales del Estado 2019 (PGE), que presentará en enero en las Cortes.
"En marzo estaremos trabajando y gobernando", aseguró el presidente. Por lo tanto, el secretario general de los socialistas descarta así la disolución del Parlamento y la convocación de elecciones en caso de que no obtuviera los apoyos suficientes para que las cuentas que pactó con su socio primordial de la legislatura, Unidos Podemos, salgan adelante.
La idea de Sánchez es seguir, como mínimo, hasta el próximo otoño. Su plan radica en el día a día e ir aprobando medidas concretas con el apoyo de los partidos que le respaldaron en la moción de censura a Mariano Rajoy. No obstante, fuentes cercanas a La Moncloa no descarta que hubiera un "súper domingo electoral", posiblemente el 26 de ese mes. Es la hipótesis que más se baraja tanto en Ferraz 71 como en los pasillos del Congreso, cuyos diputados forzarían al presidente a ir a elecciones si ven que tiene que prorrogar los Presupuestos de Rajoy o, si por el contrario, tendría que aprobar reformar puntuales mediante decretos-ley.