El magistrado Manuel Marchena, el elegido entre el PSOE y PP para presidir el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), ha rechazado dicho puesto tras las críticas públicas sobre la repartición de los sillones en el máximo órgano judicial de España. Por lo tanto, este es un duro varapalo para los dos principales partidos de España, que tendrán que volver a negociar un nombre y que podrá provocar cambios en el despacho del Tribunal Supremo.
Marchena, por lo tanto, volverá a la Sala Penal del Supremo y recuperará su puesto como juez del caso del procés. Por lo tanto, la estructura de magistrados que había hasta hace una semana, cuando Marchena todavía instruía el caso, se mantiene, lo que provoca la salida del progresista Andrés Martínez Arrieta del juicio.
La decisión del juez pone en un aprieto al PSOE y al PP. Si no llegaran a un acuerdo para elegir un nuevo nombre, el Consejo que claudicaría el próximo 5 de diciembre, presidido por Carlos Lesmes, se mantendría en funciones hasta que hubiera una solución. La ministra de Justicia, Dolores Delgado, y su antecesor, Rafael Catalá, estuvieron durante semanas negociando el nombre de Manuel Marchena como nuevo presidente.