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Ana Julia Quezada: ‘Dejé la camiseta para darle esperanza a Ángel’

Ana Julia, visiblemente emocionada en una de las búsquedas de Gabriel.

Ana Julia Quezada, la asesina confesa del pequeño Gabriel, declaró ante la Guardia Civil el pasado 11 de marzo que puso la camiseta del niño almeriense de ocho años en un matorral de una zona poco accesible para esperanzar a Ángel, el padre del niño. "Dejé la camiseta para darle esperanza a Ángel, para que creyera que estaba vivo y no hacerle daño", confesó.

La Guardia Civil recogió el testimonio de la madrastra de Gabriel pcoas horas después de su detención. Otros detalles que dio Ana Julia fueron que llevaba un año y tres meses con Ángel, y que en septiembre de 2017 habían empezado a vivir juntos en Vícar, un municipio de Almería. Según ella, la relación con Gabriel era "buena", aunque fuentes cercanas a la familia lo descartaron desde el primer momento. Confirmó que el pequeño salió a jugar con unos vecinos en torno a las 15.35 horas, pero que se lo encontró en el camino "jugando con un palito"  y le ofreció una Coca-Cola y una manzana para que subiera en su coche y llevárselo a la finca familiar. Allí, se produjo la presunta discusión entre el niño y ella donde le dijo que era "una negra fea" y, momentos después, acabaría con su vida. No obstante, señaló que "no quería hacerle daño ni a Gabriel ni a nadie", al darse cuenta de que el cuerpo del niño descansaba sobre ella, sin vida. Ocultó su cuerpo en un agujero que ella misma hizo y tiró su ropa en el contenedor de un hotel de Retamar, en Almería. 

Ana Julia Quezada asfixió al pequeño Gabriel tras golpearlo con un hacha el pasdo 27 de febrero en la finca de Rodalquilar. Su cuerpo fue hallado en el maletero de su coche, semidesnudo y tapado con una manta. Está acusada de delito de asesinato, detención ilegal y contra la integridad moral. 

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