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Berezniki, el hundimiento de una ciudad rusa

Berezniki se hunde debido a la sobreexplotación de una mina de sal.

La tierra sufre. Así se puede percibir en Berezniki, una ciudad situada al este de Rusia que debido a la explotación descontrolada de sus minas de potasio durante décadas está viendo cómo la tierra se traga sus casas, y su pasado. Al menos 150 habitantes se han visto afectados por este fenómeno por el cual aparecen grandes socavones en el suelo.

El krai de Perm es una de las más de ochenta regiones administrativas de Rusia, ubicada en los montes Urales, a orillas del río Kama. Allí se sitúa Berezniki, una prospera ciudad industrial que vivió una gran época de prosperidad gracias a la explotación de un recurso estimado, la sal de potasio.

LA CAUSA DE LA DESAPARICIÓN DE BEREZNIKI

Pero la voracidad de sistema productivo ha sido lo que, además de darle la vida, le ha llevado a su propio juicio final. Y es así como se dibuja su futuro, convirtiéndose en la Atlántida rusa, sobrenombre por el cual ha comenzado a hacer conocida en pleno siglo XXI. 

[Sumario]

La ciudad fue fundada en 1932 por la antigua Unión Soviética, y desde entonces su modo de subsistencia ha sido los recursos naturales que sus tierras albergan. Pero fue en 2007 cuando el agua entro en una de las minas, deshaciendo  la sal.

Según un reportaje de la Deutshe Welle, a 400 metros de profundidad de esta ciudad hay espacio para al menos 11 edificios residenciales de cinco pisos. Es por como se explica la apertura de cráteres de semejante tamaño en la tierra.

Sin embargo, hace tres años el presidente ruso Vladimir Putin solicitó a los políticos de la ciudad que explicaran el retraso en la construcción de viviendas para las personas cuyos hogares se vieron afectados. Y es que, desde 2017, las solicitudes de realojamiento de varios residentes seguían siendo sistemáticamente rechazadas.

Aunque la empresa que actualmente opera la mina, Uralkali, haya afirmado que desde hace años se han estado tomando medidas para garantizar la seguridad de la población, reforzando las capas de sal superiores, la fuerza de la naturaleza es imparable. Sin lugar a dudas, una nueva señal de que la tierra está sufriendo el mal incontrolable de nuestro modo de vida.

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