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La pegada del Jaén se impone al desacierto del Cartagena

Chino regatea al Cartagena

El Wizink Center se despertó el segundo día con el aliento de las aficiones más numerosas de la competición. Cartagena y Jaén inauguraron la jornada con el duelo de la ilusión: unos debutando y otros intentando repetir la gesta que les hizo colocarse en la élite del futbol sala hace tres años. Además, el choque venía precedido de una toma de contacto reciente. La Salobreja fue testigo de una victoria jiennense con ‘morbo’ debido a la cercanía del partido en cuartos de final. Un Jaén superior pero apretado de manera momentánea venció y quedó libre de presión para encarar el primer obstáculo de la Copa España.

De frenetismo no careció el partido una vez iniciado. Como si jugaran cada mes, el juego de contacto y arriesgado tomó relevancia a tiempo completo. Los diez iniciales no meditaban meter la pierna en jugada alguna y destilar intensidad por los cuatro costados. Un partido roto en inicio, sin papel protagonista y donde las ocasiones sobraban. Estuvo el Cartagena muy hiperactivo de la mano de Ique que con su presencia física quiso entrometer al cuadro amarillo. Pero los de Dani Rodríguez, una escuadra equilibrada, jugó con la mismas cartas. Alan volvió a ser el pivote dominante y cuando comenzó a pelear el Jaén se hizo notar. Tanto que fue el primero en inaugurar el electrónico.

El tanto inaugural del Jaén llegó tras una presión prolongada sobre la portería de Raúl. Entre un titubeo dentro del área, llegó el argentino con decisión y con un toque definitivo pulverizó a medio metro de la línea de gol. Tanto injusto por el desarrollo general del juego pero que fue anulado escasos minutos después. Jesús, en una acción a balón parado, sacó un guante y colocó de primeras un tiro lejano que eliminó cualquier posibilidad de que Dídac lo atajara. Un tanto excelso y digno de ser anotado por un jugador de categoría como el ‘19’ de equipo murciano.

La charla en el descanso surgió efecto en la actitud de los jugadores de Guillamón. Con otra energía en las venas, impusieron al Jaén una condición de inferioridad apabullante. A base de un juego desequilibrante y que apostaba por el balón directo, el Cartagena logró que durante varios tramos el olivo mecánico deambulara por la pista. Solo la sangre de Dani Martín cortó los presagios de adelanto que el Cartagena ostentaba.

Una salida imprevista jiennense en una de las largas posesiones del equipo local propició el desempate. Dani Martín condujo la pelota desde el centro del campo y acabó con Raúl. Un éxtasis que prolongó Mauricio dos minutos después con otro tanto producto de la espontaneidad. Desde atrás, el pilar del equipo llegó y empujó un balón que parecía encarrilar el encuentro.

El Jaén no llegó a desconectar pero siguió teniendo un poderío menor que el rival a pesar de estar dos goles arriba. Las sensaciones que daba el partido eran mostraban que al Cartagena le faltaba –o merecía- un premio mayor que el de ser superior. Y así llegó: tras una falta sobre Burrito que no pitó el colegiado en la medular, Juanpi desde la banda derecha cruzó y puso el segundo. No fue un espejismo el punto del Cartagena porque siguió mordiendo e incomodando a los amarillos. El perdón también tuvo lugar en el repertorio de ocasiones con un fallo inexplicable de Drahovsky a escasos centímetros de meta.

El acierto se impuso sobre el buen juego del Cartagena. Entre el agobio de la defensa de cinco, que aumentaba la tensión y las piernas del Jaén, llegó un hueco. Y Chino marcó a portería vacía. Hasta dos veces en un minuto. El ala del Jaén dejó un cinco a dos que no reflejó el esfuerzo del Cartagena pero que, a pesar del abultado marcador, dignificó la actuación del equipo murciano. Dani Rodríguez y los suyos ganaron como los grandes: sin brillo pero por efectividad. Ahora buscan su plaza en la final subido ya al podio de los cuatro mejores equipos de España.

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