Williams es el primero de los equipos históricos de la parrilla que presenta su arma para 2018, aunque el segundo de todos los equipos del paddock en mostrar su vehículo, ya que este honor recayó en el joven equipo estadounidense Haas F1.
Tras un mediocre 2018, donde sus pilotos, Felipe Massa y Lance Stroll quedaron en décimoprimera y segunda posición respectivamente, y quintos en el campeonato de constructores, por detrás de Mercedes, Ferrari, Red Bull y Force India. El equipo espera, al menos, mejorar sus precedentes, pero siendo realistas, ya que los gallos del gallinero están el los tres equipos punteros, mientras que el equipo británico ha decidido apostar por una alineación joven, con el ruso Sergey Sirotkin, hasta ahora probador de Renault, como sustituto de Massa.
Mientras que Robert Kubica, del cual corrieron ríos de tinta sobre su vuelta completa a la F1 después de siete años, tan sólo será piloto de reserva y desarrollo.
Estéticamente el coche destaca por un perfil más bajo que el de 2012 y en el que el negro toma más protagonismo, en contraste con el blanco y los míticos colores de Martini Racing.
Cabe destacar que será el primer Williams diseñado bajo la dirección técnica de Paddy Lowe, que dejó Mercedes en marzo de 2017 para enrolarse en el equipo histórico. Por tanto, el equipo ha tenido todo un año para adaptar las ideas de Lowe y Dirk de Beer, jefe del departamento de aerodinámica.