Regino Hernández llegó a Pyeongchang hace solo unos días y ya ha conseguido pasar a la historia del deporte español. Este jueves se ha colgado la que es la tercera medalla para España en unos juegos de invierno, la primera desde 1992. Lo ha logrado al quedar tercero en snowboard cross.
El medallero español en juegos de invierno lo inauguró Paquito Fernández Ochoa, con su oro en Sapporo 1972. 20 años después llegó el bronce de su hermana Blanca, en Albertville 1992. Desde entonces, la suerte no volvió a sonreír a nuestro país…hasta hoy.
El autor de la proeza, Regino Hernández, se encontró ante un trazado ancho, con saltos gigantes y supo aprovecharlo. Tras sufrir en octavos de final, donde pasó el corte por los pelos, los cuartos y las semis no le supusieron mayor problema.
Hoy, en la final, su destreza y una caída justo detrás le han asegurado el podio. Solo le han podido superar el australiano Jarryd Hugues (plata) y el francés Pierre Vaultier, actual campeón olímpico y mundial.
Las subida al podium de Hernández ha sido, eso sí, la más emotiva y llamativa. Emotiva por el recuerdo que ha tenido para Ángel Moreno e Israel planas, su amigo y su entrenador, ambos fallecidos en los últimos años. Y llamativa por el característico aspecto de Regino: barba poblada, piercing en el septum y calaveras. Un look al que ahora tendrá que añadir una gloriosa medalla de bronce.