Ousmane Dembélé llegó el pasado mercado estival a ‘Can Barça’ por una cantidad cercana a los 140 millones de euros. Sin embargo, pese a ser un joven con un futuro esperanzador y la gran inversión que se ha hecho en cuanto a su figura, aún no ha respondido a las expectativas. El francés llegó para sustituir a Neymar tras su salida, pero sigue sin mostrar el nivel esperado.
El delantero, originario de Vernon, tan solo ha disputado ocho partidos oficiales desde que aterrizara en Barcelona en la recta final del mercado de verano. La grave lesión sufrida ante el Getafe y la inactividad que ello supuso ha provocado que el internacional galo no haya demostrado todavía que mereció la pena que se pagara tanto por él. Además, se lesionó tras el partido en Liga de Anoeta casi nada más reaparecer, lo que hizo saltar las alarmas y que incluso algunos empezaran a temer un nuevo ‘caso Gareth Bale’.
Todos los miembros del equipo, desde los jugadores hasta la directiva, están muy pendientes de la evolución de Dembélé, a quien ven bloqueado y falto de confianza. Se habla de que incluso su dieta es poco equilibrada, algo que desde dentro del club están intentando corregir. Su lesión en el Coliseum provocó que Valverde tuviera que reajustar el sistema, donde ganó protagonismo Paulinho, que se ha consagrado como el mejor fichaje de esta temporada el Barça. Ahora, anclado en el 4-4-2 y alabado por el rendimiento ofrecido y los resultados, se antoja más difícil la irrupción de Dembélé en el once inicial.
Además, la llegada de Philippe Coutinho le resta protagonismo, a lo que se suma también que el Mundial de Rusia esté a la vuelta de la esquina, donde Ousmane querrá estar.