La Junta Directiva de la RFEF y los dos clubes se han reunido esta mañana para debatir cuándo será la final de la Copa del Rey 2018, así como la sede en la que se jugará. Han llegado a un acuerdo para que el partido se dispute el próximo 21 de abril en el Wanda Metropolitano. La Federación trasladó la petición al Atlético, que accedió sin pensarlo ya que era una prioridad para su presidente, Enrique Cerezo.
[Sumario]
El Barça, representado en la cumbre por Guillermo Amor, ha propuesto cambiar la fecha de la final, ya que su partido de Liga contra el Villarreal deberá ser aplazado al 9 de mayo, al igual que el Sevilla-Real Madrid, que afectaría al Sevilla. Sin embargo, el conjunto hispalense, con Juan Luis Larrea encabezando la comitiva, se ha negado en un primer momento pero ante la falta de fechas finalmente ha accedido. El Atlético también se verá afectado por la fecha propuesta viéndose obligado a aplazar su partido ante el Betis. Su intención es disputarlo el 22 o 23 de abril -aunque de esa forma ese fin de semana coincidirían en la capital las aficiones del Betis y el Sevilla-, ya que se le acumularían los partidos si avanza en la Europa League.
El feudo rojiblanco albergará, de esta forma, su primera final, que le servirá de ensayo para acoger también la final de la Champions de 2019. El Wanda Metropolitano cuenta con una capacidad para 67 espectadores y unas magníficas instalaciones, resultando atrayente para los clubes poder disputar un encuentro de esta envergadura en dicho estadio. Se pondrán a disposición 22 entradas para cada club.