Dicen que el Real Betis es algo único. Todos sus fervorosos seguidores así lo demuestran, al mundo entero, jornada tras jornada. Sin embargo, hay hechos muy emotivos de los cuales miles de personas no se percatan, por h o por b, pero del cual otros tantos miles se sienten enormemente orgullosos. Algo que es totalmente recalcable y correcto.
El pasado sábado, el Real Betis recibía al Deportivo Alavés en un Benito Villamarín que, gracias a la promoción de la ‘Semana del niño bético’, estaba a rebosar, a tan solo unos cientos de personas de lograr la mágica cifra de 50 espectadores. Antes de comenzar el partido, en el flamante Gol Sur, unas cuerdas se dejaban entrever desde cualquier parte del campo. Al poco, se desplegó desde el segundo anillo de la grada un tifo que encogía los corazones de miles de personas. A los lados, ‘Alberto Tenorio, Guardián de Gol Sur’, separadas las dos oraciones por una pancarta en la que aparecía el mítico utilero que tan bien mimaba el palomar del antiguo Gol Sur.
Tenorio, hijo de Alberto Tenorio, antiguo futbolista del Real Betis de aquellos años 20 y 30, nació en el otrora Estadio del Patronato, algo que le sirvió, hasta junio del pasado año, para hacer valer su historia, en la que cuenta que el Gol Sur es su casa. Así fue hasta dicho mes, cuando el club derribó esa grada con el fin de levantar el que hoy es el nuevo Gol Sur. Ahora, Alberto Tenorio habita en la Ciudad Deportiva Luis del Sol, y la Grada de Animación sabe todo lo que ha hecho Alberto por el club. Se dejó la piel durante más de ochenta años, trabajando por el club de su vida —nunca mejor dicho—, y eso es algo que la afición verdiblanca jamás olvidará.
Fue un pequeño homenaje para un ser enorme como es, y siempre será, el bético de cuna Alberto Tenorio, eterno guardián del Gol Sur.