Il Lombardia es una carrera cargada de misticismo, casi religiosa. El santuario de la Madonna del Ghisallo es una ermita del siglo XVII con vistas a los Alpes Centrales a la que se llega subiendo desde el lago Como. Pero para los cicloturistas italianos se trata de mucho más. Es el camino al paraíso, una especie de “starway to heaven” que define la pasión que sienten por el deporte de las dos ruedas. En su explanada se erigen los bustos de Gino Bartali, Fausto Coppi y Alfredo Binda. En el interior cuelgan bicis y maillots de grandes campeones de la historia: Merckx, Hinault, Indurain,… Desde 1919, la ascensión al Ghisallo es la seña de identidad del Giro de Lombardía.
La Milán-Turín disputada el jueves ofreció pistas suficientes para confeccionar la nómina de favoritos. Rigoberto Urán, Adam Yates y Fabio Aru, por este orden, subieron al pódium. Nairo Quintana, finalmente cuarto, fue de menos a más en la subida final a Superga, pero parece que sigue en la línea del “quiero y no puedo” que ha marcado toda su temporada. También habrá que contar con Thibaut Pinot, Wouter Poels, Daniel Martin y, por encima de ellos, Vincenzo Nibali. El ‘Tiburón de Messina’, que descansó en Turín, luchará por repetir su triunfo de 2015. El gran ausente será el vencedor del año pasado, Esteban Chaves, que se fracturó el omóplato en el pasado Giro de la Emilia. Las opciones españolas se reducen a un Mikel Landa que no parece llegar en su mejor momento.
Serán 247 kilómetros de recorrido con un perfil montañoso. Además del mencionado Ghisallo (8,5 kms. al 6,2% y rampas del 14%), la mítica ascensión a la Colma di Sormano (2 kms al 15,8% y rampas del 27%) harán la selección. Trazado más que suficiente para destrozar la carrera si las escuadras más fuertes, llámense Sky o Quick Step, se lo proponen. El récord de victorias en la ‘Clásica de las Hojas Muertas’ lo ostenta Fausto Coppi, con cinco triunfos. De los participantes en 2017, tan solo Philippe Gilbert (2009, 2010), Damiano Cunego (2004, 2007, 2008), Dan Martin (2014) y Vincenzo Nibali (2015) han levantado los brazos en Como.
La prueba cuenta con su particular heroína. Alfonsina Strada corrió con los hombres dos ediciones del Giro de Lombardía y terminó ambas, algo que no lograron la mitad de los participantes. También su bici cuelga de las paredes del santuario de Ghisallo. Con todo merecimiento.