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Más fuertes que ayer… y menos que mañana

Stroll, con su Racing Point durante el GP de Hungría

Casi tres segundos. Esa ha sido la mejoría de Stroll con respecto a su crono en la clasificación de Hungría 2019. Su tiempo de hoy le habría dado la pole el año pasado, ahora le sirve para salir tercero en medio de un mar de asombro, críticas, incredulidades y, sobre todo, polémica. Todo lo que atañe a Racing Point representa esto, actualmente, y así va a ser hasta que la FIA, no antes de Silverstone, de su veredicto ante la reclamación de Renault por la polémica con los conductos de freno que es en realidad el grito ahogado del ofendido constructor para salvaguardar la honrilla de la meritocracia frente a aquellos que pagan y copian, esos que han existido siempre, pero que llaman más la atención en estos tiempos que corren, con unos equipos satélite tan definidos que Mercedes mueve descaradamente a su antojo en su tablero de ajedrez. La “Fórmula Wolff” no pide permiso.

Hungría ha cambiado la perspectiva general respecto a Racing Point. Las peculiaridades del Red Bull Ring barajaron unas cartas que ya todo el mundo puede ver que son mejores. Solo Mercedes supera a los W10 rosas en el Hungaroring. El W11 lucha en pista contra su antecesor, pura retórica que sea tan solo la exigencia de su pasado la mejor posicionada para inquietar su presente. Normalmente la discrección es la mejor amiga de las copias que tienen mucho de fidedignas y poco de decorosas, por eso en la FIA están preocupados. Su acuerdo tácito y clandestino con Ferrari para no airear las vergüenzas del motor ilegal que ha competido libremente hasta esta temporada condiciona ahora proporcionalmente a este caso. Flexibilidad obligada. Para muestra de ello, Nikolas Tombazis, desde la FIA, ya ha reconocido que no verificaron las tomas de freno en la inspección que hicieron a los Racing Point en pretemporada, habiéndose centrado únicamente en la superficie del chasis. Extraña decisión, tratándose de un cambio específico del reglamento de este año.

Pero, al margen de la decisión que se termine tomando ante la acumulación de relaclamaciones de Renault, el resto de equipos miran con recelo a Racing Point, sobre todo, de cara al futuro. No es para menos. Los coches actuales serán los mismos que los de 2021, con libertad para cambiar solamente uno o dos elementos bajo un estricto sistema por ‘tokens’. El quid de la cuestión es que Racing Point no compra piezas del Mercedes actual, sino del automóvil del año anterior, a diferencia de los clientes de Ferrari. Eso le permitirá cambiar caja de cambios y suspensiones de forma gratuita, contando a mayores con los mismos tokens que el resto para realizar pequeñas modificaciones. Laguna reglamentaria convertida en jugada maestra para afrontar un 2021 tan predecible que ya invita a colocar fácilmente al futuro Aston Martin a la altura, como mínimo, de Red Bull en la lucha por ser el segundo equipo.

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