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Lendoiro tiende la mano para que se sepa “la verdad”

Augusto César Lendoiro en su última Asamblea como presidente del Deportivo se despide emocionado / Fotografía cedida por el diario deportivo de A Coruña Deporte Campeón

Artículo Augusto César Lendoiro:

"¡Qué distintos escenarios los del deportivismo de hoy y los del 10 de junio de 1991! Hace 29 años retumbaba en una abarrotada Plaza de María Pita, “Barsa, Madrid, ya estamos aquí”, tras el día histórico del ascenso, que nadie ha recordado en los medios escritos coruñeses, que abría la puerta a más de una década prodigiosa, tras casi 20 años de “longa noite de pedra” por Segunda, Segunda B y Tercera. 

Ese día de fiesta colectiva poco tiene que ver con el escenario que vivimos hoy. Ni en lo deportivo, luchamos por mantenernos en Segunda, ni en lo social, muy distante de aquella unión, sin fisuras, que se palpaba en la celebración más ansiada, porque la actualidad del club, dejando aparte el fútbol, a la espera que se reanude la Liga, se centra en lo social, divididos por las declaraciones de Otero sobre las cuentas. 

Hace una semana escribía intentando hilvanar distintas posturas pero, o bien no supe explicarme, o bien algunas personas, a las que iba dirigido, no lo llegaron a entender. Intentaré aclararlo mejor por ser un asunto de vital importancia no solo para el Depor, sino también para los que parecen no darse por aludidos, aunque creo que debo hablar entrelíneas para no provocar actuaciones posteriores, no deseadas por parte de terceros, que pueden hacer peligrar a personas y entidades. 

Yo planteaba una alternativa que entendía podía satisfacer a todos (club, banco, accionistas…) A la vista de las reacciones de los actores principales, parece que no les gustó … pero, al tiempo, también valoraba de forma positiva, la capitalización de Abanca, aunque, a tenor de la reducción real de la deuda, parecía oportuno variar la capitalización y estudiar la reducción de la deuda concursal, única forma prevista por LaLiga para mejorar de forma sustancial el límite salarial, cosa imprescindible para alcanzar el gran objetivo del deportivismo y de Abanca, el ascenso. 

Lo primero para lograrlo es intentar mantener esa unidad que, quizás aún prendida con alfileres, se ha podido conseguir en 2020, con la llegada de Vidal y Vázquez, y que en estos momentos parece que está en serio peligro. Mi esperanza es servir de puente entre esas dos orillas que hoy parecen distantes. No sé si lo conseguiré, pero seguro que no será por no intentar aunar a los distintos sectores del deportivismo a través del diálogo, a pesar de que existan quienes rehusan encuentros para lograrlo. 

Alguno no entiende que no se trata de buscar culpables, sino encontrar soluciones . Me duelen las “voces” que, desde Plaza Pontevedra, me ven, y sin recato alguno lo propagan, como el inductor de las denuncias de Miguel Otero, cuando, reitero, tanto en lo bueno, como en lo malo, sólo a él se le deben imputar. Lo único que trato de evitar es que un sector lo arrincone en la esquina, porque, conociéndolo, es posible que trate de salir de las cuerdas como sea, al entender que le hurtan espacio para hablar, para actuar. Y eso, creo, sería peligroso para el Depor.

Por eso estas líneas están dirigidas a los que saben “leer y escribir” sobre el tema y para los que, aún estando en “el catón”, quieran conocer toda la verdad sobre el problemático asunto que debería preocupar seriamente a todos los deportivistas.

Porque se comenta que es posible que se regularicen las cuentas al final de este ejercicio pero puede que ya sea demasiado tarde. Pretendo evitar que el asunto se judicialice, por el grave riesgo que corren consejeros que firmaron desde hace años, y otros que todavía pueden firmarlas, muchos de ellos por desconocimiento, pero ya se sabe aquello que “el que firma, panda”. 

También pretendo dejar claro el trabajo de Miguel Otero, y su equipo, en torno a las cuentas del Depor, con el objetivo de ofrecerle a Abanca, como comprador, la situación real de la sociedad, al tiempo de indicarle las ventajas que podrían obtener, club y banco, a través de una actuación económica que mejorase de forma sensible el límite salarial, lo que facilitaría mucho el ansiado ascenso a Primera. 

El grave problema de hacer el avestruz e intentar cerrar las cuentas en falso es que al final el tema acabe en el juzgado de lo penal, con costes personales, económicos, sociales, mediáticos… no sólo para los directivos, y altos ejecutivos, de los consejos de Tino Fernandez, Paco Zás y… sino también para las responsabilidades que tendría que asumir el propio R.C.Deportivo y, por ende, Abanca. 

Y uno que sabe, al igual que todo mi consejo, por la denuncia de un accionista, que puede ver ahora a un familiar muy directo en la misma situación -Dios y el Depor no lo quieran- lo que se sufre estando simplemente investigado en un juzgado cuatro años, pretende que ningún consejero pase por algo similar, por falta de diálogo. 

Se está a tiempo de solucionar todo: la responsabilidad de muchos, incluida la del Depor, y la integridad de otro, Miguel Otero, pero los plazos están a punto de vencer. Desconocer la decisión que, en otras ocasiones, ha tomado Miguel Otero, creo que sería muy peligroso y la situación no aconseja jugar a la ruleta rusa 

Como el hierro de una ganadería, debe grabarse entre nosotros, para que nadie se pueda llamar a engaño, “el que avisa no es traidor”. Por el bien del Deportivo parece el momento de recordar esa canción de mi juventud y todos entonemos “olvidemos nuestro enfado y volvamos al amor”…como aquel idilio deportivista de hace 29 años".

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