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Atleti 1-0 Liverpool: Motivos de un sentimiento

Saúl y Morata celebran el tanto que dio la victoria al Atlético de Madrid.

El todopoderoso Liverpool de Klopp regresaba al Metropolitano. Lo hacía ocho meses después de conquistar la Champions en ese mismo escenario, aquel día batió al Tottenham en la final, hoy lo intentaría con el Atlético de Madrid en octavos. Algo que, a priori, todo el mundo presagiaba ya que la temporada de los reds está siendo digna de todo elogio. Líderes de la Premier a 25 puntos del segundo, el cuadro de Jurgen Klopp sólo ha cedido un empate en 26 partidos: 26 partidos con 25 victorias, las últimas 17 seguidas. Unos números que los colocan como favoritos para ganar de nuevo la Champions League.

El Atleti, que atraviesa una de sus peores etapas de los últimos años, llegaba a este duelo sabiendo que la temporada pasa por él. Con la Liga casi imposible y eliminados de la Copa, este partido podía suponer el examen final que salvase el curso. Y más allá de eso, eliminar al Liverpool sería una forma de reconciliarse y rescatar el espíritu de un equipo que, como ha demostrado a lo largo de los últimos años, no se rinde y que en las grandes citas se crece. “Matagigantes” lo llaman. Lo demostró contra el Chelsea en 2014, Bayern en 2016 y lo ha vuelto a hacer esta noche. La cita de hoy significaba más que una eliminatoria de Champions. Era devolver el cariño a una afición que con sus cánticos hincha de valor las piernas de sus jugadores. Por eso, hoy más que nunca la ilusión inundaba el ambiente del Metropolitano, la cual consiguió españolizar el espíritu del You'll never walk alone. El Atlético de Madrid no entiende de pronósticos, pero sí de fe y de creer en sí mismos. Poco importa que esté el mejor de Europa enfrente. 

EL GUION PERFECTO

Motivos más que suficientes tenían los de Simeone para saltar al verde enseñando las garras. Y el guion que todos los rojiblancos soñaban se empezó a cumplir. No habían transcurrido ni cinco minutos cuando Saúl aprovechó un balón muerto dentro del área inglesa para meterla entre los tres palos. El Atleti se ponía por delante, un gol que servía a los jugadores para coger confianza y entonar el “sí se puede” con más decisión que nunca.

Tras el arreón inicial, el Atleti cuadró sus líneas y se puso como objetivo conceder poco errores a su rival, un Liverpool que movía el balón buscando la espalda de la defensa rojiblanca. Sin embargo, tanto Savic como Felipe estaban bien armados atrás y con contundencia desbarataban la magia de Salah y Firmino. 

Y el Atleti aprovechó su firmeza defensiva para salir a la contra con decisión y pillar a la zaga inglesa en un imprevisto. Y así pudo llegar el segundo para los de Simeone, tras una contra que Morata finalizó driblando a su marca, pero finalmente Alisson metió una buena mano abajo para evitar lo que sería un gol cantado. 

Pero el Liverpool comenzó a despertar y a asumir mayores riesgos. Los de Klopp trenzaban jugadas con solvencia y si no encontraban espacios optaban por buscar disparos lejanos por medio de las botas de Henderson y Wijnaldum. Y llegó la primera clara del campeón de Europa, no fue hasta el 35’ cuando Salah chutó desde el punto de penalti y el balón rechazó en Felipe. El primer susto en el Metropolitano llegaba y con él la presión del Liverpool se incrementaba obligando al Atleti a salir por la vía rápida buscando a los hombres de arriba. 

All filo de la primera mitad, el Atlético sufría las embestidas rivales. Los de Simeone necesitaban oxígeno, por ello adelantaron sus líneas para no dejar tanto espacio para que los de Klopp pensasen. Pero la capacidad de supervivencia del Atleti es infinita y aguantaba una y otra vez, con apoyos y solidaridad, con una idea muy clara en mente, con coraje, y también con corazón.

UNA GESTA COMO LAS DEL CALDERÓN

Y arrancó la segunda parte idéntica que la primera, con una ocasión muy clara para el Atleti que, a diferencia de la primera mitad, no acabó en gol. Llorente se internó dentro del área y su pase atrás no terminó de aprovecharlo Versaljko para finalizar. La gargantas de la grada, al ver la lucha constante y sin descanso de su equipo, entonaron el himno sabedores de que cualquier ánimo que pudieran dar a los suyos no sería bastante. Y es que el Liverpool seguía a lo suyo: triangular con determinación y buscar espacios, demostrando en cada acción la calidad que hay en las botas de los de Klopp.

Con la salida de Origi el Liverpool ganó en velocidad y dinamismo. Además, asumían el control del partido, algo que obligó a los de Simeone a aumentar la concentración ya que cualquier error tan cerca del área de Oblak supondría una catástrofe. Pero si el rival era superior, el Atleti ofrecía más intensidad y lucha. Y con una buena presión llegó lo que fue una acción de gol, pero Morata, que intentó rematar casi a placer, no encontró balón al intentar disparar a puerta.

Y llegaba el ecuador de la segunda parte y el Atleti ponía todo lo que tenía para evitar que al Liverpool lograse el objetivo del gol. Tanto es así que obligó a Klopp a sacar del campo a dos de sus estrellas, Mané y Salah, porque tanto uno como otro perdían las batallas constantes contra Lodi y Versaljko.Simeone también hacía cambios, pero por otro motivo. Saltó al verde Costa, al que tanto echaba de menos la afición, por su espíritu y llevar el ADN de este equipo. La pantera estaba de vuelta, y el Metropolitano coreaba su nombre.

En los últimos compases, el Atleti era un muro. Cabe destacar la figura de Lodi, el que sin duda cuajó el mejor partido desde que viste la rojiblanca. Oxigenaba al equipo por banda, taponaba las entradas de los extremos ingleses y salía como una bala hacia el área rival. Mientras, la diferencia de uno en el marcador era oro para los colchoneros. En la grada arengaban al equipo, y en el campo batallaban cada balón anulando completamente al campeón de Europa.

La labor incansable de los de Simeone se vio reflejada durante los 90 minutos, y consiguió una victoria, la más luchada de la temporada. Una gesta como las antiguas del Calderón. El equipo venció pero además logró algo más importante, demostrarle al mundo que el Atlético de Madrid no está muerto y que en las grandes citas resurge de sus cenizas.


FICHA TÉCNICA:

Atlético de Madrid: Oblak, Lodi, Felipe, Savic, Vrsaljko, Lemar (Llorente, 45’), Thomas, Saúl, Koke, Morata (Vitolo, 69’) y Correa (Costa, 77').

Liverpool: Alisson, Alexander-Arnold, Gómez, Van Dijk, Robertson, Henderson (Milner, 79’), Fabinho, Wijnaldum, Salah (Chamberlain, 72’), Mané (Origi, 45’) y Firmino.

Goles: 1-0 Saúl (3’)

Árbitro: Szymon Marciniak (POL). Amonestó a los locales Correa (44’) y a los visitantes Mané, (40’), Joe Gómez (58’)

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