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De la pataleta al ridículo: Ferrari “quema las naves” y Vettel “el reglamento”

Sebastian Vettel, durante la jornada de Entrenamientos Libres en Paul Ricard

Caso cerrado. "No existen nuevos elementos significativos y pertinentes que no estuvieran a disposición de las partes en el momento de la competencia de que se trata". De los posibles escenarios que la FIA había valorado en el momento de capear el derecho a revisión de la sanción a Vettel en Canadá, modificar el resultado final de la carrera era el más remoto, pero no se había descartado, ni mucho menos después de las "abrumadoras pruebas" que el director deportivo del equipo, Laurent Mekies, había anunciado que se iban a presentar y que, a su vez, rompían con el desamparo inicial de Ferrari a Vettel en sus sonados aspavientos tras la finalización del polémico Gran Premio. El propio Sebastian señaló que el poder de las evidencias residía en su carácter novedoso, algo que podría cambiar el punto de vista de los comisarios… pero la realidad ha distado mucho de estos comentarios envalentonados.

[Sumario]

"¿Esto es una broma o estamos hablando de Ferrari?". En Italia, la prensa lo tiene claro y no es de extrañar. Su incontestable defensa ha consistido en siete pruebas presentadas, de las cuales hasta cinco ya habían sido revisadas por los comisarios. Onboards ya más que vistas, imágenes del rostro de Vettel en el instante de la acción… pero, sin duda, lo más sorprendente fue la inclusión de un vídeo en el que el expiloto indio Karun Chandhok analizaba para la Sky Sports el incidente. Una muestra clara de la falta de seriedad en la revisión, presenciando los comisarios una situación ridícula durante 35 minutos en los que se rozó el esperpento de una Ferrari desesperada que, ante una nueva negativa a su posición, tomó la bandera de la Fórmula 1, haciendo propia una postura crítica hacia la competición expresada por el propio Mattia Binotto: "Estamos decepcionados por los aficionados y por el deporte en sí".

Asimismo, tras conocer el veredicto final, Sebastian Vettel, se mantuvo en la misma línea, añadiendo un punto extra de beligerancia a su discurso: "Hay que quemar el reglamento". Un reglamento al que en tantas ocasiones el mismo piloto se ha abrazado para argumentar sus habituales quejas por la radio y con el fin de recriminar la actitud antirreglamentaria de otros pilotos. Oportunismo y espectáculo al servicio de un Vettel que sigue utilizando el poder de las declaraciones para que se hable de su descontento con la Fórmula 1 actual o incluso de su posible retirada (suceso improbable que sigue alimentando en serio o en broma siempre que puede) antes que de sus incontables errores en la pista que cuestan a Ferrari puntos, podios y victorias, como la de Canadá, y que, por muchos banderines que se empeñen en izar en Maranello, no podrán recuperar.

 

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