La temporada pasada, el FC Barcelona completaba un ataque explosivo con el fichaje de Philippe Coutinho en el mercado de invierno. Sin embargo, una temporada después, el mediapunta brasileño ha generado dudas tanto en su rendimiento como en el comportamiento que últimamente tiene hacia la afición azulgrana. La eliminación de la Liga de Campeones ante el Liverpool FC ha terminado por señalar al jugador carioca, que fue uno de los jugadores de los que se esperaba un mejor rendimiento en un partido clave para alcanzar la final de Madrid. Unas ventajas e inconvenientes con un objetivo común: decidir en verano si es el jugador idóneo para el juego del FC Barcelona de la próxima temporada
Un año y medio de sinsabores en el club azulgrana con oportunidades
El FC Barcelona tenía en mente a Philippe Coutinho desde el verano de 2017. Un fichaje que se hizo realidad con los 120 millones de euros más 40 en variables que pagó al Liverpool FC en el mercado de invierno de la temporada pasada. Una media temporada donde el brasileño demostró su buen hacer con el balón, su velocidad y su pegada a balón parado como virtudes en su juego. Diez goles en 22 encuentros que presagiaban que el mediapunta carioca iba a ser uno de los jugadores más determinantes del cuadro azulgrana la siguiente temporada.
En la presente campaña, ha disputado 34 partidos en LaLiga Santander, donde ha anotado 5 goles. En esta ocasión, Valverde lo ha puesto como titular en 21 ocasiones, y siempre con una dura pugna con Dembélé para ser titular. Unas cifras que, aunque suele contar con el agrado de Valverde, su juego no ha terminado de brillar en el ataque azulgrana junto a Luis Suárez o Leo Messi.
Su difícil comportamiento con la afición y debate sobre su continuidad
Los factores extra deportivos siempre son un problema añadido para cualquier jugador a la hora de renovar con un equipo. La relación entre Coutinho y la grada del FC Barcelona ha sido difícil y tormentosa con el paso de los meses. El mediapunta carioca sufrió una dura pitada durante la vuelta de cuartos de final de la Champions League ante el Manchester United. Unos pitos que provocaron la defensa de muchos jugadores de la plantilla como Leo Messi.
En el encuentro ante el Liverpool en Anfield, fue uno de los jugadores señalados debido a su bajo rendimiento. Todo ello, unido a una cláusula de rescisión de 135 millones de euros que difícilmente el club azulgrana podrá recuperar el dinero invertido en el mediapunta brasileño. Un problema que el FC Barcelona tendrá que decidir en verano si optar por una salida del jugador, o darle una nueva oportunidad para la próxima temporada.