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La historia se repite y el Barcelona naufraga ante un tsunami llamado fútbol, llamado Liverpool

Wjinaldum tras empatar la eliminatoria

Hoy no es día de criticar, criticar el día que pierdes es lo fácil. La reflexión hay que hacerla cuando ganas 3-0 y no sabes explicar el resultado más allá de Messi. En Twitter lo dije, ahí está. Mientras ganaba el Barça, yo estaba enfadado con el juego. En el fútbol gana quien domina el partido. Y no me entiendan mal, dominar no es igual a posesión. Dominar es que en el partido ocurra lo que tú propones. Si analizamos los 180 minutos, el Liverpool dominó 150.

Hoy el Liverpool necesitaba alma, corazón. Eso se lo daba Anfield. El Fútbol con mayúsculas lo puso Klopp y sus jugadores. ¡Cabe recordar que le faltaba Firmino y Salah! Lo hizo. Porque el fútbol es así, cuando necesitas electricidad, velocidad, nervio… eso ocurrió. Si algo no funcionaba, cambió, sin complejos, en el descanso. Eso es el futbol. El cuarto gol es el retrato de una eliminatoria, mientras Arnold sacaba un córner, ¡todo el Barcelona no se enteró! Lamentable. Cuando ganaban, ¡el partido murió! No se jugó, no sufrió. Eso es dominar un partido.

El Barcelona cuando Anfield cantó, cuando el árbitro pitó, estaba físicamente presente, no así futbolísticamente. Está claro que el recuerdo de Roma seguía muy presente. Valverde cuando el partido pedía control, Arthur, y vértigo arriba, Malcom, metió a Semedo… Lo digo: Valverde ha hecho un buen trabajo, a secas, pero cuando dos años te pasa lo mismo quizás es hora de reflexionar y cambiar. Esto no se lo digo a Valverde, esta reflexión es para Bartomeu.

Hoy me duele escribir esto, no me apetece, no me corre la sangre. Me la heló mi equipo… pero es noticia, es así. Felicito al Liverpool, a Klopp y a esa maravillosa afición que empujó a su equipo, lo llevó volando a Madrid.

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