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El fútbol español, el último de los grandes en jugar la Supercopa a partido único

Logotipo de la Supercopa de España de fútbol.

Ha tenido que ser por la locura del calendario en la que estamos inmersos y no por una apuesta clara y decidida, pero el fútbol español va a vivir, por primera vez, una Supercopa a partido único. Al final será un único encuentro, algo que se viene pidiendo incluso para la Copa del Rey para desatascar un calendario de locos. España era el único país de los más destacados del fútbol europeo en el que la final disputada entre los campeones de Liga y Copa de la campaña anterior se seguía jugando a doble partido. Quién sabe qué deparará el futuro, pero las apreturas del Sevilla por tener que disputar las previas de la Europa League han provocado que la Supercopa que se jugará este domingo con el Barcelona como rival sea realmente una final por primera vez en la historia.

Ningún fútbol relevante en Europa ha tenido nunca una Supercopa a doble partido. Inglaterra, modelo a seguir con su ya más que centenaria competición, lleva jugándola a partido único desde su nacimiento, en 1908, y la mayor anomalía que ha presentado en su historia fue el hecho de que entre 1975 y 1993 no había prórroga o penaltis para desempatar una igualada, y ambos equipos compartían el trofeo. Alemania cambió el formato entre 1997 y 2007 para tener un modelo similar al actual del Mundial de Clubes, los cinco primeros clasificados de la Liga y el campeón de Copa luchaban por el título en tres rondas.

Hubo un intento anterior en nuestro país de jugar a partido único, cuando en 2012 la Federación Española de Fútbol organizadora del torneo, llegó a cerrar un acuerdo para que la Supercopa se celebrará durante los cinco siguientes años en el Estadio Nacional de Pekin, siguiendo la iniciativa del Calcio, que llevó su Supercopa a ese mismo estadio en las ediciones de 2009 y 2011, al de Shanghai en 2015 y al Jassim Bin Hamad, en Doha, en 2016. Pero las negativas de Real Madrid y Barcelona, que ven mucho más lucrativas sus giras veraniegas por diferentes países, dieron al traste con la iniciativa. La Supercopa de 2018 también será la primera que dirimirá el campeón español fuera del país, ya que el escenario escogido es Tánger, en Marruecos.

La Supercopa, en todo caso, sigue viéndose como un torneo del moribundo fútbol veraniego español al que solo da importancia el vencedor. Y es una pena, porque en España la Supercopa ni siquiera nació para jugarse en esas fechas. El primer campeón, la Real Sociedad, levantó el trofeo después de golear 4-0 en la prórroga al Real Madrid en el desaparecido estadio de Atocha el 28 de diciembre de 1982, después de haber jugado el partido de ida en el Santiago Bernabéu, con 1-0 para los blancos, el 13 de octubre. No fue hasta 1994 cuando la Supercopa pasó a jugarse en verano. En aquella edición, el Barcelona superó al Zaragoza por un global de 6-5 en los dos partidos jugados en 27 y el 30 de agosto de aquel año.

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