El Betis no se anda con tonterías, y, durante este mercado de fichajes recién abierto, pretende lograr grandes jugadores lo más baratos posibles. Es aquí donde entra William Carvalho, pivote defensivo que rescindió con el Sporting de Portugal debido a la inestabilidad del club luso. El Betis, conocedor del caos en el que se encuentra sumergida la entidad lisboeta, se encuentra negociando con ellos un traspaso formal por el jugador para evitar los posibles problemas judiciales que pudiera encauzarle en el futuro.
Así las cosas, Lorenzo Serra Ferrer tiene la intención de abaratar al máximo el coste del jugador. La idea que maneja el Betis es la de realizar un primer pago al contado de una cantidad que rondaría los 10 millones de euros, a raíz de la cual, según objetivos, pueda alcanzarse, como máximo, los 17 millones que ha cifrado el Betis como tope por su fichaje, algo que el Sporting, como es lógico, no rechazaría. A su vez, Lorenzo Serra Ferrer sabe que debe sumar un incentivo que seduzca por completo a los leones, por lo que pretende incluir, en el traspaso, un porcentaje del 20% de la plusvalía que se generaría con un futuro traspaso del jugador por parte del club heliopolitano.
No obstante, queda camino por recorrer, ya que, aún, no hay acuerdo cerrado con el jugador. Carvalho percibía un salario anual de 1.800 euros tras su renovación hasta 2020, cantidad que el Betis sabe que debe aumentar, al menos sensiblemente. Pretende, para ello, ofrecerle un contrato de mínimo tres temporadas, alcanzando, como máximo, una cifra por año de contrato de tres millones de euros, siempre intentando lograr la cifra más inferior posible. Queda, por tanto, claro que la paciencia debe estar en primera línea, teniendo en cuenta el cobro de los 28 millones por la venta de Fabián al Nápoles, quien ha dejado las arcas del Betis preparadas para realizar fuertes inversiones, siendo una de ellas la de William Carvalho, prioridad para el centro del campo verdiblanco.