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El pilates con fisioterapeuta se impone al impartido en los gimnasios tradicionales

Actividad de pilates con máquinas (imagen cedida por el Centro de Fisioterapia Loles Sabán)

Cuando el pilates se puso de moda, todo el mundo se subió al carro. Así, se podía practicar en gimnasios, polideportivos, centros de fisioterapia y hasta en centros dedicados exclusivamente a la actividad de pilates como tal. Sin embargo, el pilates con fisioterapeuta se está imponiendo actualmente, robándole el protagonismo a los demás centros que imparten esta actividad física.

Para entender la razón, debemos acudir a sus orígenes: este método de entrenamiento, centrado en el desarrollo de los músculos internos para mantener el equilibrio corporal y dar estabilidad y firmeza a la columna vertebral, nació a principios del siglo XX. Su creador, Joseph Hubertus Pilates, trató de combinar distintas especialidades como gimnasia, traumatología y yoga, uniendo el dinamismo y la fuerza muscular con el control mental, la respiración y la relajación. Él era enfermero en Londres, y lo que buscaba era mejorar el estado de salud de los enfermos a través del ejercicio.

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Este sistema dispone de cerca de 500 ejercicios destinados a  trabajar la musculatura que se encarga de la postura de la columna vertebral, pelvis y hombros, que es donde se encuentran los principales focos de alteraciones posturales y sobrecargas.

Los ejercicios se pueden realizar en el suelo, con una máquina diseñada expresamente para el método, con colchonetas, aros, pelotas, tiras elásticas, platos giratorios…

Su fin no es solo mantener la forma física, sino también tratar algunas patologías, especialmente las posturales. Así, a diferencia del pilates que imparte un monitor en un gimnasio, el pilates con fisioterapeuta son clases guiadas por un fisioterapeuta con el objeto de que los participantes puedan realizar ejercicio con cualquier patología, ya que se adapta a las necesidades del paciente.

Beneficios del pilates

Esta disciplina terapéutica mejora notablemente los problemas de origen musculoesquelético originados por una mala higiene postural. Sin embargo, también se consiguen grandes progresos en patologías de tipo traumático, ya que no sólo produce una recuperación muscular y articular, sino que a la vez refuerza las estructuras cercanas, previniendo problemas futuros.

A nivel reumático, su carácter anaeróbico lo convierte en un método muy positivo, especialmente respecto a cuadros de falta de movilidad o inflamación. El trabajo de estiramientos sobre el que se basa gran parte de una sesión de pilates favorece la elasticidad y elongación muscular, a la vez que se recupera la movilidad perdida. De esta forma, y combinado con la respiración, reduce las tensiones, evita las lesiones y combate el estrés.

El pilates activa el metabolismo sin llegar a la fatiga muscular, convirtiéndose así en un ejercicio de bajo impacto, accesible para personas que no podrían realizar otra actividad. No obstante, esto no significa que no fomente el desarrollo de la fuerza o resistencia del paciente. Con estos ejercicios se fortalece especialmente la parte abdominal y la espalda, se modela el cuerpo y se estiliza.

Además, la práctica de pilates es especialmente recomendable durante y después del embarazo, ya que fortalece la musculatura del suelo pélvico, y ayuda a agilizar la recuperación de la mujer tras el parto. Por la misma razón, es un complemento ideal en el tratamiento fisioterapéutico de la incontinencia urinaria.

Por otra parte, la incidencia de este método sobre el organismo tiene repercusión en el metabolismo de la glucosa, es preventivo ante enfermedades de tipo tiroideo, combate el sobrepeso o incrementa la capacidad respiratoria. Además hace que las personas mejoren su percepción corporal y es un gran recurso contra el envejecimiento.

En definitiva, contribuye a que quienes lo practican de manera rutinaria armonicen cuerpo y mente, algo que influye directamente en la calidad de su sueño, y por tanto en el correcto funcionamiento del organismo.

Por todo ello, diferentes profesionales médicos lo recomiendan a sus pacientes, y los derivan a fisioterapeutas especializados en este campo, estableciéndose así un tratamiento multidisciplinar y positivo para el paciente.

El pilates será beneficioso siempre y cuando los ejercicios se hagan de forma correcta. De ahí la importancia de que su práctica se realice bajo la supervisión de un profesional cualificado.

Información elaborada con la colaboración del Centro de Fisioterapia Loles Sabán (Navalcarnero, Madrid)

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