Vale, a priori, no tiene sentido alguno que un filial que se encuentra en Segunda División B, el Fabril, juegue el Play Off por ascender a Segunda Dvisión cuando ya se ha materializado el descenso del primer equipo, el Deportivo de La Coruña a dicha categoría. Correcto.
Pero, ¿Acaso no se han ganado los jugadores del Fabril ese derecho? ¿De qué les ha servido haber jugado 37 jornadas si luego el “premio” no es posible ni jugarlo? Creo que con un poco de empatía todo esto se entiende de sobra.
Entonces, ¿Por qué año tras año se sigue manteniendo esta situación?
A nivel económico muchas voces aportan que crear una liga solo de filiales no sería viable, pero ¿Acaso es más viable económica o socialmente hablando una Segunda Dvisión B con equipos que no pueden jugar el Play Off en pro de esos filiales para nada?
¿Por qué no se pone solución? Desde la Federación y La Liga se siguen acogiendo al tema de posible descensos administrativos. Es decir, queda la extraña posibilidad de que el Deportivo recupere su plaza en Primera División por algún descenso administrativo. Pero ¿Es esta situación normal? ¿Aceptable? ¿Hasta cuándo?
Antes de hablar de economía, de derechos televisivos, presupuestos y demás, podríamos haber hablado de fútbol, de sentido común en un deporte. Sin olvidar los valores que queremos aportar a los ‘chavales’. ¿Qué ejemplo se les da si les enseñamos que ganarse un puesto durante 37 jornadas no vale para nada? ¿Qué ejemplo, por contra, les damos si ven que optan a una plaza a la que igualmente no van a poder tener derecho de disfrutar? ¿Dónde queda el Fair Play?
Mientras, Fuenlabrada, junto a Navalcarnero, Rayo Majadahonda y Rápido de Bouzas han presentado un escrito formal para pedir que el Fabril renuncie a su legítima opción de jugar Play Off. Y oigan, las dos partes, tienen razón. Con esta tesitura La Liga y la Feredación podrán ejecutar la misma maniobra año tras año. Si solo nos damos cuenta a final de liga no hay nada que hacer. El problema debe atajarse de raíz, en verano sino antes.