Quién le diría al Valencia Club de Fútbol a principio de temporada que iba a estar luchando por meterse en puestos de Champions League después de dos años con un proyecto que hacía agua por todos los costados. Algo parecido ocurre en Orriols, salvando las distancias: después de un año en Segunda División tras una horrible temporada en la que fueron colistas en Primera, la llegada de Paco López al banquillo granota ha despertado a un Levante que veía muy de cerca el descenso de nuevo -y eso que Muñiz, héroe del ascenso, fue destituido recientemente-.
Valencia está de suerte ya que, salvo sorpresa mayúscula, podrá seguir viendo al conjunto levantino en la máxima competición española y al cuadro ché disputando la próxima edición de la Champions. Sin embargo, no todo ha sido un camino de rosas en ambos clubes, ya que han tenido que ser muchas las modificaciones a realizar para que ambos proyectos tengan continuidad. Tuvieron que pasar Gary Neville, Voro (más de una vez), Pako Ayestarán, Prandelli y varios cambios en la dirección deportiva hasta encontrar el camino adecuado. Y en el otro bando, el adiós de Muñiz para que llegara Paco López.
El Valencia empezó desde el origen, con un cambio de entrenador -y qué entrenador-. Marcelino García Toral ha dado al Valencia ese carácter competitivo y un sistema con el que el aficionado pueda identificarse. Con 65 puntos, el conjunto de Mestalla es tercero por delante del Real Madrid y a tan solo tres puntos del Atlético. A estas alturas la temporada pasada, con 31 partidos jugados, tan solo habían cosechado 46 puntos y se encontraban duodécimos más cerca del descenso que de Europa.
El caso del Levante es diferente; después de 15 jornadas consecutivas sin saber lo que era sumar de tres en tres, Juan Ramón López Muñiz fue expulsado del barco para que llegara Paco López. Desde entonces, los partidos del Levante se cuentan por victorias (tres de tres) y el descenso se ha alejado hasta ocho puntos. Se había puesto una temporada complicada en Orriols pese haber ascendido como líderes destacados la temporada pasada y dando una auténtica sensación de poderío por el infierno de Segunda.
Ahora, todo es diferente en la ciudad del Turia. Ya se puede oír la sintonía de la Champions en Mestalla y la melodía de la salvación en la otra punta de la ciudad. Quién se lo diría a los chés hace menos de un año, o a los granotas hace tan solo dos meses. Valencia, ¡cómo has cambiado!