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El Madrid choca con Oblak y no supera al Atlético

Empate entre Real Madrid y Atlético de Madrid.

Real Madrid y Atlético de Madrid pusieron tablas en un encuentro con sensaciones divididas. El Madrid salió predispuesto a ganar, dejando a Modric e Isco en el banquillo. También tuvo su hueco Benzema, que salió en lugar de Cristiano en el minuto sesenta para que tuviera descanso hasta el miércoles. El Cholo puso toda la carne en el asador exceptuando a Gabi, suplente. Griezmann, Costa y un cuestionado Vitolo arremetieron contra el Madrid cuando los de Zidane quisieron.

El partido lo empató el Madrid. Fue suya la responsabilidad, con permiso de Oblak, de que en el marcador no hubiera tres o cuatro goles de diferencia. Ataviados al recurso de los centros al área, el esférico conectaba con el rematador pero el tanto se resistía. El cancerbero rojiblanco no abandonó la ya vieja costumbre que tienen los metas del Manzanares de exhibirse en Concha Espina. No fue un rendimiento puntual sino que se extendió hasta los últimos segundos cuando Ramos lanzó un libre directo que no entró por una mano cambiada del esloveno. Un show.

Sin presencia atlética en el primer acto, el juego anduvo por el área contraria del Madrid. Con los fallos cobrándose de la importancia del argumento, el juego se desquebrajó a la vuelta. Se reanudó el partido y los dos únicos goles del enfrentamiento se encontraron en un parcial de cuatro minutos.

Ronaldo prolongó su estado de gracia europeo. Bale volvió a ser el que galopaba sin seguidor por la banda y con un excelso centro medido, la pelota cayó al pie del portugués. Ni el Oblak más acertado detuvo el obús. Se avecinaba un clímax de victoria plácida, de las que se inician con un tanto rápido y sin espera alguna.

Entre tanto, el Atlético no se aferró al pesimismo y continuó con las salidas fugaces con el punto de partida en su área. De esta forma, Griezmann se vistió de pícaro y en un desmarque que la defensa del Madrid no vio, aprovechó un rechace para poner tablas. Doscientos cuarenta segundos repletos de altibajos emocionales.

Se durmió el partido con la resistencia de Simeone y la salida de Cristiano en el minuto sesenta. Unos puntos que se jugaron por amor a la historia de los derbis, ya que el Barcelona, con el empate, se pone más cerca de alzar la Liga. Y de celebrarla en el Clásico.

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