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A puñetazos con la vida

Cartel "Dioses y Perros"

Con su tercera película “Desechos” el director valenciano David Marqués (En fuera de juego, Aislados) fue premiado en Málaga con la Biznaga de Plata en la sección “Zonacine” con la Mención Especial del Público. Con una trayectoria que lleva la comedia como denominador común, Marqués decide ponerse serio y presenta “Dioses y perros”, Premio del Público en el Festival de Alicante y Reconocimiento a la Mejor Actriz Revelación para Megan Montaner en el Festival de Cine de Tarazona.

La sensación con la que uno sale de la película es la de ver un enorme salto cualitativo en la obra del director, con una historia que retrata con juicio crítico el triste panorama social y económico que atraviesa gran parte de la sociedad española, con un dibujo de sus personajes fácilmente reconocibles, con los que empatizamos desde el primer minuto y que nos arrastran rápidamente a lo largo de todo su metraje.

[Sumario]La sensación con la que uno sale de la película es la de ver un enorme salto cualitativo en la obra del director

Pasca vive con su hermano minusválido. Su día a día lo pasa dentro de un cuadrilátero trabajando como sparring o haciendo “chapuzas” que le permita salir adelante. Sus ratos libres los comparte con su mejor amigo, Fonsi, un ex boxeador alcohólico que malvive con su mujer e hijo. Su vida va a cambiar cuando conozca a Adela, una profesora que llega al barrio y le hará ver la vida con otro prisma.

Co-dirigida con Rafael Montesinos (Herederos, Gavilanes) y escrita a dos manos entre Jesús Martínez Balmaceda y el propio David Marqués la película se apoya en unos personajes interesantes, plagados de todos ellos de blancos y negros, verdades y mentiras que hace apetecible su desarrollo. Empezando por su pareja protagonista y cuya química es envidiable: Hugo Silva (Mentiras y gordas, Las brujas de Zugarramurdi) y la que para mi es un descubrimiento Megan Montaner (Por un puñado de besos, La pecera de Eva), pasando por Juan Codina (Cuéntame como pasó, Víctor Ros), Elio González (Aquí no hay quien viva, La que se avecina), que acostumbrado a verle en comedia aquí va a sorprender en un interesante cambio de registro. También Enrique Arce (Mejor otro día, Física o química) o Lucía Álvarez (Todo es silencio, Cuéntame como pasó).

Con una duración más que ajustada es tiempo suficiente para contar esta historia de redención, de perdón, de familia, de secretos que uno arrastra y condicionan tu forma de vida, apoyado todo ello en una selección de temas musicales que funcionan a la perfección. Un nuevo ejemplo del buen hacer de nuestra industria, de que menos es más, de que historias aparentemente pequeñas puedan dejar más calado que aplastantes superproducciones y que desde aquí aconsejamos.

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