La travesía del barco ballenero Pequod en su ardua búsqueda del gran cachalote blanco se narrará en el teatro La Latina de Madrid. La novela de Herman Melville, adaptada por Juan Cavestany y dirigida por Andrés Lima, se estrena oficialmente el 12 de febrero con las interpretaciones como coprotagonistas de Jacob Torres y Óscar Kapoya. Y José María Pou como vela de 'Moby Dick', que en su recorrido ya ha pescado los aplausos del público barcelonés.
Comandado por el capitán Ahab, junto a Ismael y el arponero Quiqueg, el ballenero invita al espectador a hacer un viaje a las profundidades de la locura de un hombre capaz de todo para satisfacer su empeño, incluso de enviar a la muerte a toda una tripulación. "El verdadero secreto de la novela va más allá del relato de aventuras que ésta presenta", reflexiona Juan Cavestany tras descubrir 'Moby Dick' a partir de las adaptaciones y álbumes ilustrados de la obra.
Andrés Lima sin embargo añade que "en nuestro 'Moby Dick' hemos colocado palabras de Melville en boca de Ahab". Así, el espectáculo es "una pieza de orfebrería en la mirada enloquecida de Ahab". Y es que, para el director esta función llena de efectos de luz, sonido con coros de hombres que dan escalofríos y la interpretación de actores solos ante el imponente mar, ofrece "una visión sobre el ser humano ante la muerte".
JOSÉ MARÍA POU ES PROTAGONISTA DE 'MOBY DICK'
Pero sobre las tablas, la historia del viaje de este excéntrico marinero es bastante similar. Según cuenta José María Pou, en sus cincuenta años de carrera que se cumplieron en 2018, es ahora cuando se ha tenido que enfrentar a uno de los personajes más relevantes de la literatura universal. "La magnitud de Ahab me hace pensar que estoy haciendo un personaje de Shakespeare, que conecta directamente con personajes que he representado como el Rey Lear y Orson Welles", afirma.
[Sumario]
El actor protagonista añade que se ha sorprendido consigo mismo a la hora de "perder el mundo de vista sobre el escenario". Y es que Ahab es un personaje que "te arrastra y sólo se puede interpretar si al comenzar la función te sitúas al borde del abismo", cuenta el marinero en tierra, Pou.
Tanto se ha sentido sumergido por la visión del personaje que a pesar de haber sufrido una infección en el nervio ocular de ambos ojos ha seguido el ritmo imparable de la función. Un Pou que se mueve con total soltura con una pata de palo por todo el escenario que parece un barco a la deriva. Y a pesar de necesitar reposo, Pou se ha dejado contagiar por ese afán imposible de lograr hacer las cosas con pasión.
En definitiva, una obra que invita al público a sumergirse en la locura. Y es que Lima da el aviso a navegantes para aquellos que quieran subirse a bordo en el teatro La Latina de Madrid a una tripulación tan peculiar: "Es la historia de una agonía, y ésta está entre dos mundos: el bien y el mal".