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‘El mal querer’, de Rosalía; en el arte es donde está la respuesta

'El mal querer', de Rosalía; en el arte es donde está la respuesta / Getty

Es el fenómeno musical del año. Y quizás de los últimos. Es una revolución total; la de romper moldes y muros y afrontar que lo bueno, por diferente que sea o parezca, llega de verdad, más allá de lo que se crea o se deje de creer. Porque en una situación actual donde todos estamos divididos, Rosalía llega y pone absolutamente de acuerdo a todos. Lo que significa que en el arte es donde está la respuesta. También evidencia que lo que pasa en las casas y en las calles no tiene nada que ver con lo que se ve en las redes o en la televisión.

[Sumario]

Porque en muy poco tiempo, la cantante de flamenco (así lo hace destacar) ha conseguido hacer llegar su música al gran público, incluso más allá del océano. Para ponernos en situación, la catalana es una artista que hace equilibrismo entre el flamenco y el trap, que no tiene miedo de experimentar con la tradición y llevarla a terrenos desconocidos, como destaca, por ejempo, el videoclip de 'Di mi nombre' y todo lo que éste engloba. Tiene carisma y fuerza, que son más importantes que casi cualquier otra cosa. Pero es que también tiene frescura. Y mucho talento. 

Por eso, y aunque sea mucho más tradicional de lo que aquellos temas presagiaban –y, por tanto, más arriesgado y esquivo–, todo le augura un nuevo y gran éxito con su 'El mal querer' (Sony Music, 2018), al que pertenecen canciones que ya ha escuchado medio mundo como 'Malamente' o 'Pienso en tu mirá' y otras que, con su fuerza, hipnotiza ('Bagdad'). Ella lo destaca como un trabajo "que gira en torno a un amor con aristas", apunta, remarcando además que cada canción es un capítulo en esta "tragedia" que va desde el 'Augurio' hasta el 'Poder', pasando por 'Boda', 'Celos', 'Disputa', 'Lamento', 'Clausura', 'Liturgia', 'Éxtasis', 'Concepción' y 'Cordura'.

Con este álbum, al que la artista ha dedicado más de dos años, pretendía dejar atrás las etiquetas y conquistar el mercado del pop internacional. Y lo ha logrado.

Su resultado es tan personal como inclasificable y por eso ella misma reflexiona en voz alta: "Es flamenco si consideras que la inspiración flamenca está suficientemente presente para encasillarlo ahí", explicaba el pasado día 2 hacia Europa Press. "Es pop si consideras que el alcance es grande o lo puede tener. Y es experimental si consideras que está hecho con riesgo".

Flamenco, pop y música experimental. Una buena mezcla para definir este álbum singular que es toda una obra conceptual repleta de riesgos, presenta una historia de amores mal entendidos, de mujeres empoderadas, de celos. Todo construido conjugando estilos y que une la tradición con los sonidos que hoy abundan.

Así, camina por la finísima línea que separa transgresión de provocación, en la rotundidad sonora con la que golpea su nueva -y mayúscula- personalidad musical. Por todo esto, Rosalía va más allá; Rompe costuras, y abre vedas.

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