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El Guggenheim Bilbao presenta una nueva muestra

Representantes del Museo Guggenheim Bilbao

Sala 305. París, colmena de artistas

En esta Sala pueden observarse obras de su llegada a París. En mayo de 1911, tras pasar por la escuela de León Bakst y recibir el apoyo económico de Maxim Vinaver, un importante mecenas y abogado judío que luchó por los derechos de esta comunidad, Marc Chagall abandona San Petersburgo rumbo a París. Si bien ya había tenido un primer contacto con el arte moderno de Cézanne, Manet, Monet o Matisse, de la mano de Bakst, es en la urbe parisina donde Chagall descubre el arte de las primeras vanguardias y los grandes maestros que colgaban en las paredes del Louvre.

Sala 306. De París a Vitebsk, pasando por Berlín

Si hay una obra que ejemplifica las relaciones que mantiene Chagall en la urbe parisina es Homenaje a Apollinaire (1911-1912), que surge de la admiración del pintor por Guillaume Apollinaire. Es el galerista Herwarth Walden quien invita a Chagall a exponer en su galería de Berlín. Allí presenta un total de 40 pinturas y 160 dibujos, gouaches y acuarelas de su periodo parisino. Unos días después, cuando regresa a Vitebsk, queda atrapado por el estallido de la primera contienda mundial. En este periodo refleja en su obra lo que supone la guerra. La obra de Chagall vuelve a representar el amor y su relación con Bella Rosenfeld.

Sala 307. Tradición y revolución

Durante la primera guerra mundial Chagall retoma temas relacionados con su propia identidad, con el folclore y la etnografía de su pueblo. Estas obras pertenecen a los que él llamó "documentos", ya que para su creación, el artista no parte de sus recuerdos, como en París, sino que utiliza personajes y objetos que están a su alcance. En esta misma Sala, pueden contemplarse dos obras miméticas conocidas como El Rabino, separadas por más de una década, a causa de la primera guerra mundial. Algunos de los conocidos de Chagall le dan por muerto, entre ellos su galerista berlinés, que vende a coleccionistas privados gran parte de sus obras. Chagall lamentará la pérdida de estas obras, lo que le llevará a reproduicr algunas de ellas y a partir de entonces, a realizar varias versiones de las más significativas.

Desde la revolución de 1905, Chagall entra a formar parte de la Sociedad Judía para el Desarrollo de las Artes (JSEFA) y participa activamente en sus exposiciones. Esta Sociedad le encarga importantes proyectos. Asimismo, forma parte del sindicato de artistas. Así, Chagall que como otros judíos veía en la revolución la solución a su falta de igualdad, toma parte activa en las primeras etapas de la nueva Rusia, y es nombrado en 1918, Comisario de las Artes, en Vitebsk, lo que le da autoridad sobre los museos, escuelas de arte o cualquier evento artístico de la región.

Didaktika

Con el fin de acercar al público los contenidos y conceptos de la exposición, el Museo presenta en el espacio didáctico, por un lado, la influencia que tuvieron París, La Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa y la tradición judía en el corpus creativo de Chagall, y por otro, algunas facetas menos conocidas del artista como sus colaboraciones en las artes escénicas, murales, vidrieras e ilustraciones para relatos.

Además, se podrá ver un vídeo con testimonios de él mismo, una selección fotográfica del artista Solomon Yudovin sobre la comunidad judía y una pieza musical de Aaron Copland titulada Vitebsk. Study on a Jewish Theme.

Reflexiones compartidas

Visitas únicas realizadas por profesionales del Museo:

La Gran Guerra: Elegía para piano (22 junio)

Concierto de piano a cargo de María Cueva-Méndez, conmemorando el final de la I Guerra Mundial. La velada incluye la proyección de grabaciones e imágenes de época.

Catálogo

La exposición irá acompañada de un catálogo ilustrado que aborda, a lo largo de una docena de textos y ensayos, numerosos aspectos relativos al artista y su contexto en estos años fundamentales de su trayectoria.

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