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Muere ‘La Esmeralda’ de Sevilla, pionera del transformismo e icono del tardofranquismo

Alfonso Gamero Cruces, más conocido como 'La Esmeralda'. / Archivo

El transformista sevillano Alfonso Gamero Cruces, más conocido como 'La Esmeralda' y precursor del travestismo en la España tardofranquista, murió este lunes a los 88 años de edad en la capital andaluza, según informa la agencia EFE. Artista desde la cuna, se hizo famosa en su ciudad natal desde muy joven, actuando en distintos ambientes, sobre todo en 'La Caseta', el bar que abrió en la carretera de La Rinconada, a las afueras de Sevilla. Un local sencillo que fue punto de encuentro de la comunidad LGTB de la época y que sirvió de escuela para otras célebres travestis de la Transición, como Estrellita 'La Fantástica', Rosarito 'La Popeye' o 'La Soraya'.

'La Esmeralda' se hizo tan popular a fuerza de romper barreras en una Andalucía aún en blanco y negro, que su vida fue adaptada al cine en base a la obra del dramaturgo hispalense Joaquín Arbide. La cinta la realizó con grabaciones en audio que él mismo hizo y que luego mezcló con testimonios e imágenes, mostrando incluso Alfonso su DNI nada más empezar el metraje. El fallecido confesó en la película que solo se había enamorado una vez, a los 17 años, de un hombre con el que estuvo cinco años, hasta que éste se casó con una mujer en 1955.

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El transformista era el mayor de cuatro hermanos de una familia muy humilde, y se tuvo que ganar la vida trabajando de pintor de brocha gorda, vendedor de hierbabuena o alquilando las sillas para ver los pasos de Semana Santa por la Carrera Oficial sevillana. Su primer contacto con los escenarios lo tuvo a los 20 años, cuando la recordada tonadillera Marifé de Triana lo contrató para acompañarle como sastre y planchador de sus batas de cola. Luego, 'La Esmeralda', siempre vestida de flamenca, cantó copla, grabó discos de sevillanas con doble sentido y contó chascarrillos, muchos de los cuales la tenían a ella como principal protagonista.

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Su fama se multiplicó cuando en las décadas de los 70 y los 80 se sumó a la moda de grabar casetes de chistes verdes, como hicieron también con enorme éxito otros humoristas de la talla de Arévalo, Paco Gandía o Emilio 'El Moro'. Su muerte, a consecuencia de un ictus que le sobrevino el pasado viernes, tal y como recoge ABC en su edición digital, ha provocado multitud de reacciones en una Sevilla en la que fue una gran devota de la Virgen del Rocío y de la Esperanza Macarena y toda una institución en la Feria de Abril, donde cientos de personas de todo pelaje acudían cada jornada a la caseta que montaba con su nombre en la Calle Pascual Márquez.

El periodista Javier Macías, en ABC de Sevilla, recuerda una anécdota de 'La Esmeralda' con Luis León, mítico capataz de La Macarena, también ya desaparecido. León le pidió que no gritara piropos a la Virgen -como acostumbraba a hacer cuando iba de paisana- mientras desfilaba vestida de nazarena con cirio verde delante del paso aquella Madrugá. Rebelde y transgresora, ella "se levantó la túnica y le enseñó las enaguas blancas antiguas con pasacintas de color verde esperanza que llevaba".

En el obituario que le dedica Diario de Sevilla, Francisco Correal rememora cómo 'La Esmeralda', que vivió bajo el yugo de la Ley de Vagos y Maleantes, estaba orgullosa de su condición. "Yo soy maricón, con acento en la o", le contestó en cierta ocasión a Jesús Quintero cuando éste, en una de sus icónicas entrevistas, le preguntó si era "mariquita, gay, transexual, homosexual o maricona".

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Correal también relata un episodio ocurrido en el Teatro Lope de Vega de Sevilla. Isabel Pantoja, acompañada de 'Paquirri', asistía a una gala. La cantante estaba en avanzado estado de gestación. 'La Esmeralda' le tocó la tripa y le dijo: "¿Y eso qué es 'Poquirri'?". Otra vez, en el mismo escenario, se encontró con la Duquesa de Alba y Jesús Aguirre. "Parece el mudo de los hermanos Marx", espetó al ver al segundo marido de Cayetana. Genio y figura de un alma libre que no se dejó doblegar en los tiempos en los que "esas cosas" se ventilaban de puertas para adentro. 

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