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La fisioterapia es clave para recuperar la calidad de vida tras un ictus

Día Mundial del Ictus 2018

Más de 80 millones de personas en el mundo han sobrevivido a un ictus que, en la actualidad, es una de las principales causas de mortalidad. En ocasiones, las personas que han sufrido un accidente cardiovascular deben hacer frente a secuelas que impactan en su bienestar y calidad de vida.

Con motivo de la celebración hoy 29 de octubre del Día Mundial del Ictus, el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España (CGCFE) se adhiere a la campaña de la Federación Española de Ictus y a la Organización Mundial del Ictus (World Stroke Organization), con el lema “Up Again After Stroke”.

El lema de la conmemoración de este año quiere transmitir que, para muchos, la vida después del ictus no será la misma, pero con los cuidados y apoyos apropiados, es posible llevar una vida plena, con un grado importante de inclusión social.

¿Qué es un ictus?

El ictus se caracteriza por la interrupción del suministro sanguíneo en una zona del cerebro, lo cual provoca un daño o incluso la destrucción de las células. Esta lesión produce un efecto determinado según la zona afectada, que puede afectar a la movilidad, el habla o la capacidad para pensar o sentir.

Los efectos y el tipo de apoyo necesario tras un ictus varían según la afectación del accidente cerebrovascular en los pacientes, y es necesario adaptarse a esta nueva vida para aceptar esta nueva situación e intentar conseguir una vida lo más normalizada posible.

Recuperar la calidad de vida

El acceso a un cuidado multidisciplinar y un tratamiento transversal es fundamental para recuperar la calidad de vida de estos pacientes y, en este sentido, el papel del fisioterapeuta es básico y fundamental como principal herramienta para alcanzar la máxima recuperación física y emocional.

La fisioterapia, afirma el CGCFE,  "ofrece ejercicios para mejorar diferentes aspectos de los pacientes afectados, como la coordinación estática y dinámica, el equilibrio, ejercicios para recuperar y fortalecer la musculatura de la cara, motricidad fina y gruesa para las manos, aprendizaje de posturas correctas, reeducación de la marcha, para mejorar la autonomía y disminuir la dependencia, etc. entre otros muchos aspectos".

Prevención

No obstante, la prevención sigue siendo uno de los aspectos más importantes para detener el avance de esta enfermedad. Hay factores de riesgo vascular que no se pueden modificar (edad, sexo, historial familiar y raza), pero hay otros en los que sí se puede incidir. El 90 % de los accidentes cerebrovasculares se puede prevenir.

Fomentar y animar a la población a adoptar un estilo de vida saludable, con hábitos y dieta equilibrada, así como evitar el sedentarismo, recomendando la práctica de deporte de forma regular y reducir la ingesta de alcohol y abandonar totalmente el consumo de tabaco, es clave para poner freno al ictus.

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