El tema de Juego de Tronos, a veces puede ser un poco doloroso. Algunos descartaron la temporada final por completo, otros defendieron que haya algunas buenas joyas que ver, mientras que otros (aunque la minoría) defenderán la temporada hasta el final.
Si bien la totalidad de la temporada puede ser un bocado demasiado grande para masticar, sigue siendo muy divertido desglosar los aspectos más pequeños de la temporada: ¿por qué perderse los debates más pequeños solo por el más grande?. Uno de esos debates, es la cuestión de quién debería haber matado al Rey de la Noche. ¿Era Arya la elección adecuada? ¿O debería haber sido alguien más?. Aquí te mostramos 3 personajes que deberían haber matado al Rey de la noche.
Jon Snow, el héroe y guerrero destinado
Jon Snow fuera sido la elección más obvia de quién terminaría eliminando al Rey de la Noche. Jon Snow es el que creó conciencia sobre la amenaza de los Caminantes Blancos más allá del muro. Él es quien arriesgó su vida varias veces por la causa de prepararse para la guerra contra el ejército de los Muertos. Muchos dirían que estas razones, le dan a Jon Snow el derecho de ser quien derrote al Rey Nocturno.
Daenerys Targaryen, venganza por su dragón
Daenerys no ha estado en Westeros mucho tiempo hasta el momento de la batalla, pero el hecho es que ella, perdió uno de sus dragones en manos del Rey Nocturno, además, tiene el control sobre dos dragones. Uno pensaría que Daenerys podría usar sus dragones para acorralarlo y luego atacar, un importante movimiento simbólico de fuego que destruye el hielo.
Bran Stark, el enemigo natural
Si bien Bran, puede ser uno de los menos enraizados para las opciones, para ser justos, no hace mucho para despertar nuestro entusiasmo una vez que se convierte en el Cuervo de los Tres Ojos, sin embargo, si tendría mucho sentido para él matar al Rey Nocturno. De hecho, tiene poco sentido que no lo haya hecho. Lo pondría en riesgo, es cierto, pero su habilidad para habitar otros cuerpos le permitiría engañar al rey y defender Invernalia, en lugar de sentarse sin hacer nada.