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Los robots sexuales han llegado

Muñeca RealDoll X.

En la película IA de Steven Spielberg veíamos un mundo en el que la inteligencia artificial se había convertido en uno más en la sociedad e incluso los personajes ‘artificiales’ vivían como personas reales, realizando trabajos y demás. Uno de los personajes principales era el de Jude Law, un robot sexual que se ganaba la vida cumpliendo con su cometido. Pues esa realidad puede no ser muy ficticia y la nueva muñeca RealDoll X se posiciona como el inicio de algo mucho más grande.

RealDoll X surge de la colaboración de una empresa que fabrica muñecas sexuales, Real Doll, y la empresa de IA llamada Realbotix. Del trabajo de estas dos empresas ha nacido, y nunca mejor dicho, un nuevo tipo de muñeca llamada RealDoll X que es la primera que incorpora un sistema de inteligencia artificial para darle mayor realismo.

Ahora bien, la idea en un principio puede resultar curiosa, pero una vez de investiga en profundidad da un poco cosa, si es que no la da ya el hecho de comprarse una muñeca sexual. La clave de RealDoll X está en su cabeza, el lugar en el que se instala toda la IA y que le permitirá que la muñeca hable e incluso interactúe en cierta manera con nosotros durante su uso o fuera de él. Esta IA lo que hace es darle una personalidad a la muñeca y dotarla de respuestas preestablecidas a ciertas preguntas o estímulos, algo parecido a lo que vemos en los bots.

Eso sí, la cabeza es lo único ‘vivo’ de este nuevo modelo y el resto del cuerpo sigue siendo lo que ya se venía realizando hasta ahora, una muñeca sexual de silicona sin más, sin movimiento y sin ningún tipo de sensor ni nada de eso.

El precio de la RealDoll X va entre los 10 mil y 12 mil dólares, a los que hay que sumar una suscripción anual para integrar la inteligencia artificial que irá entre los 20 y 40 dólares dependiendo del nivel de inteligencia que queramos.

Por un lado, resulta bastante interesante el hecho de que la IA siga avanzando hasta el hecho de poder tener este tipo de dispositivos que sean capaces de comenzar a tener cierto tipo de interacción con nosotros, llegando incluso a comprometerse amorosamente con nosotros. Por el otro lado, y esto ya es algo más personal, el uso de este tipo de objetos dependerá de nuestros gustos y también de que no nos dé mal rollo el hecho de tener una muñeca que nos habla y que nos declara sumisión total, en todos los sentidos.

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