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Rafael Amargo confiesa que no pudo concursar en ‘Supervivientes 2022’ por posible riesgo de fuga

Rafael Amargo, en 'Ya es verano'. / Telecinco

Rafael Amargo atraviesa por uno de los momentos más duros de su vida. Así lo admitió el popular bailaor este fin de semana en una entrevista en el plató del programa de Telecinco 'Ya es verano', donde llegó a contar que está a punto de quedarse sin un techo bajo el que vivir. Según el artista granadino, su mala racha empezó a finales del año 2020, cuando fue detenido por pertenecer, presuntamente, a una banda de narcotraficantes. Amargo dice que pasó de estar rodeado de éxito a quedarse sin amigos y con dificultades económicas, incluso para mantenerse día a día.

El coreógrafo, tal y como comentó él mismo a la presentadora del mencionado espacio vespertino, Verónica Dulanto, ha estado viviendo en los últimos meses en un piso de alquiler con opción a compra. Pero ahora, llegado el momento de formalizar la adquisición del inmueble con el vendedor, los problemas se acumulan para el bailaor. "Yo no tengo dinero para pagar lo que cuesta la casa, así que otra persona ha dado la señal y se la va a quedar. En unos días tengo que salir de allí…", aseguró el artista flamenco, visiblemente hundido.

El escándalo de su detención por crimen organizado ha hecho mella en la carrera de Rafael, al que cada vez le ponen más obstáculos para subirse a un escenario. Por ello, y ante la escasez económica que padece, Amargo decidió aceptar la oferta de Mediaset para participar en la última edición de 'Supervivientes'. Cuando ya estaba todo hablado con la productora del exitoso reality show, el juez que instruye su caso se negó a devolverle el pasaporte para que pudiera viajar a Honduras por posible riesgo de fuga. "¿Cómo me voy a escapar de un programa en el que te están grabando 24 horas?", se quejaba el bailaor a Dulanto.

En cuanto a aquellos a los que consideró sus amigos, Rafael Amargo ha reconocido que todos le han dado la espalda, ahora que se enfrenta a un juicio por delito grave, que no tiene casi ni para comer y que está a un paso de tener que irse a vivir debajo de un puente. "Decían que me querían, que eran mis amigos, y ninguno de ellos ha estado a mi lado. Sin embargo, otros que yo no esperaba me han demostrado mucho. Para algo me ha servido todo esto…", concluía el artista, muy apenado.

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