Un niño de 7 años moría en la localidad madrileña de en la tarde del pasado miércoles, pero no fue hasta 20 horas después cuando el cadáver fue trasladado al hospital, ya que los padres no podían afrontar el gasto del proceso mortuorio.
El niño estaba luchando contra un cáncer en el hospital infantil Niño Jesús. Sin embargo, al ver que su hijo no saldría adelante, los padres pidieron el alta voluntaria para que pasara sus últimos días en casas. Moría a las cinco de la tarde del miércoles. Tras avisar de la muerte, los servicios funerarios se desplazaron hasta la vivienda de la que salieron sin el cuerpo, ya que los padres no podían costear el entierro, pues les faltaba por abonar 1.600 euros. El ayuntamiento de Fuenlabrada, tras conocer los hechos por una de las vecinas que amortajó el cadáver, se ponía en contacto con la familia a través de redes sociales para trasladar el cuerpo.
Los gastos del entierro corrieron por cuenta del Ayuntamiento, la Fundación Aladina y la Funeraria.