El efecto llamada se multiplica en las redes con vídeos que se hacen ‘virales’ ante el aplauso y las risas de unos, y el horror de otros. Primero fueron las imágenes de un grupo de jóvenes que despeñaban a un jabalí por un barranco. Su idea de hacer senderismo, culmina en una perversa y delictiva diversión, de la que se sienten orgullosos, graban y difunden.
Indeseable
Ahora, la Guardia Civil busca a un individuo que tiene como ‘proeza’ arrojar a un jabalí a un canal de riego, donde le golpea hasta la muerte mientras algún compinche le graba, para subirlo a las redes y creer que ‘son la leche’, porque su diversión es matar. Si esto lo hacen ante el mundo sin contemplaciones, ¿qué no harán?, cuando se cierra la puerta de su casa y cuando nadie les ve.