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Un joven almeriense pierde la movilidad y el habla en solo dos semanas

Cristian en una de las sesiones de rehabilitación. Cedida.

Era marzo de 2021 y Cristian, jovial y deportista de 32 años, salía de trabajar, empezó a marearse. Sería cansancio. Los mareos pasaron a ser desmayos muy frecuentes, sus visitas al médico también. En tan solo un par de semanas su deterioro era palpable. No conseguía articular palabra y su movilidad se iba reduciendo.

Desde entonces sus amigos y familiares no le han dejado solo. Viajes a lo largo y ancho de España intentando encontrar un diagnóstico que no llega. ELA, tumores, infecciones… todo queda descartado. Sin este diagnóstico la cosa se complica puesto que, a pesar de ser una persona dependiente, no puede acceder a las ayudas previstas en estos casos.

“Es una persona bondadosa, alegre y siempre ha estado con nosotros cuándo lo hemos necesitado” afirman sus amigos, que ahora ven como Cristian apenas puede esbozar una sonrisa. “Es muy duro, ni siquiera puede comer por sí solo, pero vamos a ayudarle como sea”.

Mientras tanto, y para que su situación no empeore, han recurrido a una clínica privada en Almería, Neuroal, que le ayuda en su mantenimiento diario a no perder la poca movilidad y habla que aún tiene. Sin embargo, sus amigos y familiares se encuentran con serias dificultades a la hora de hacer frente a estos costes, puesto que cada mes la cifra asciende, aproximadamente, a unos 900 euros.

Pero no se rinden y por eso han creado una campaña de crowdfunding en la que se puede aportar cualquier cantidad. Su objetivo es intentar cubrir 12 meses de tratamientos mientras siguen buscando un diagnóstico que permita a Cristian recibir el apoyo estatal que necesita. Además, han creado una cuenta de Instagram, Twitter, una página web y un correo electrónico para dotar de transparencia al proyecto, mostrando cualquier documento o factura que cualquier persona les solicite y así poder comunicarse de manera directa con las personas interesadas.

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