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Lo que no te cuentan sobre la ‘pasarela’ en la estación de Vicálvaro

La basura se acumula bajo la 'pasarela' de la estación de Vicálvaro

"Parece la obra de El Escorial". Esta es la frase más utilizada por aquellos vecinos de Vicálvaro que han dado su opinión sobre las labores de remodelación de la estación del barrio madrileño. Las obras comenzaron en marzo y aún no han terminado. Pero, sin duda, el mejor exponente de la rehabilitación de la estación de Vicálvaro es la conocida como "pasarela".

La "pasarela de Vicálvaro" es un armatoste de andamios de hierro que permiten acceder y cruzar a las vías. Por ella pasan cientos de personas a diario, poniendo a prueba, nunca mejor dicho, su "viabilidad". Aunque las quejas hacia esta entrada provisional son muchas.

En primer lugar, lo latoso que es para subirse a un tren. No se puede ir corriendo si se ve que se pierde el transporte. Aparte de que los viajeros van lentos por la "pasarela de Vicálvaro" al haber cierta desconfianza ante estos andamiajes, entre que subes y bajas las escaleras y recorres el pasillo de hierro, se tarda lo suficiente para perder un tren en la cara. Y eso por no mencionar a cuando llueve, donde un resbalón puede resultar fatal.

Sin embargo, los más afectados son aquellos que llevan carritos. No es extraña la hora en que un carrito de bebés o de la compra tienen que cogerlo entre dos personas en vilo para conseguir sortear las escaleras que conforman la "pasarela de Vicálvaro". Esto por no hablar de las personas con movilidad reducidad o en silla de ruedas, para los que se convierte en una auténtica odisea el subirse a un tren de Cercanías en Vicálvaro. Por ello, tienen que optar por otro transporte público.

Pero lo último que ha despertado la indignación de algunos vicalvareños es la basura que se acumula en la estación de Vicálvaro. Debajo de las bigas y de los elementos de sujeción se apelotona todo tipo de suciedad. Latas, botellas, bolsas, restos orgánicos, materiales procedentes de la obra… Basura que ya cubre alguna de las tuberías rojas que se han instalado en las vías. Por ello, el descontento de los vecinos de Vicálvaro aumenta, mientras que las obras continúan sin una fecha señalada de finalización.

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