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MSF asegura que El Salvador no puede ser considerado país seguro para acoger refugiados

El 88% de los pacientes de salud mental en lo que va del 2019 han sido víctimas de violencia | Arlette Blanco/MSF

Los niveles de violencia en El Salvador deberían impedir que este estado pueda ser considerado un país en el que acoger con garantías suficientes a solicitantes de asilo o migrantes deportados. Esa es la conclusión de Médicos Sin Fronteras (MSF) después del acuerdo suscrito entre Estados Unidos y El Salvador, “de cooperación en el asilo”, que implicaría el envío al país centroamericano desde la frontera sur de los Estados Unidos a peticionarios de asilo.

La entidad sin ánimo de lucro explica mediante una nota de prensa:  “El Salvador tiene problemas para garantizar la seguridad de sus propios ciudadanos. Nuestros equipos en terreno evidencian la violencia que diariamente sufren los habitantes de los barrios donde trabajamos. Las diferentes formas de violencia en El Salvador obligan a las personas a huir hacia el Norte. Es gente que busca poner su vida a salvo saliendo de El Salvador vía México hacia Estados Unidos".

En este sentido, Stéphane Foulon, coordinador general de MSF, puntualiza que el mismo Gobierno de Estados Unidos considera El Salvador un país peligroso. “El país no cuenta, en la actualidad, con la capacidad para proteger a víctimas de violencia ni hacer frente a una acogida con garantías de deportados procedentes de Estados Unidos, y esta es una situación que ya estamos viviendo con el aumento de las deportaciones. Estos acuerdos solo van a provocar un mayor sufrimiento a la población afectada que, tras huir de la violencia en sus países de origen y sufrirla en su viaje a través de México, con toda probabilidad va a padecerla de nuevo en El Salvador”.

Desde la organización sostienen que el pacto forma parte  de una estrategia estadounidense para reclutar gobiernos en la región y que asuman sus propias responsabilidades de asilo y protección. 

Los propios salvadoreños, junto con hondureños y guatemaltecos, suponen el grueso de pacientes que MSF atiende en los albergues en la ruta por México que muchos migrantes deben atravesar para alcanzar Estados Unidos.

“Es absurdo pensar que el país del que miles de personas huyen pueda ser idóneo para acoger a nadie. Ningún acuerdo de estas características va a impedir que la gente que se ve forzada a huir deje de hacerlo. Ni acuerdos, ni muros. Estas políticas solo sirven para que los traficantes de personas se nutran de los migrantes; migrantes que, cada vez más, tendrán que recurrir a métodos clandestinos para continuar su camino. Eso, a su vez, les hará más vulnerables a la violencia y la extorsión”, indica Sergio Martín, coordinador general de MSF en México.

En lo que va de año, los equipos de MSF en El Salvador han asistido a 1.434 pacientes en sus programas de salud mental. De estos, el 57% es víctima de violencia o ha sufrido alguna pérdida por eventos relacionados con la violencia. En Tegucigalpa, Honduras, los equipos de la organización médico-humanitaria atendieron, entre enero de 2016 y agosto de 2019, a 1.983 supervivientes de violencia sexual y a 2.482 víctimas de otras situaciones de violencia.  

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