Las pruebas de ADN realizadas a los restos óseos que se encontraron el pasado 24 de febrero en la ribera del río Ter en la zona del Auditorio de Girona pertenecen a Irene Rigall, la periodista del diario El Punt-Avui que desapareció el 16 de marzo del 2011.
El diario en el que trabajaba ha comunicado este sábado junto a sus familiares que el juzgado comenzará en breve los trámites para declarar la defunción de la ausente. Además, los Mossos d'Esquadra barajan la idea de efectuar una batida por el lugar donde hallaron los restos por si hallan otras partes de su cuerpo.
Su marido le perdió el rastro el 16 de marzo, tras dejarla en la puerta del ambulatorio, donde ella entró, mientras él fue a buscar aparcamiento. Cuatro días después de su desaparición se encontró su bolso escondido en unos matorrales situados en la pared del jardín de unas viviendas de la zona de Taialà de Girona, junto al río Ter. Más tarde, se descubrió que una joven había descubierto su teléfono detrás del edificio del Auditorio, al lado del río, y que se lo había apropiado.
Los Mossos d'Esquadra no pudieron localizar imágenes de las cámaras de seguridad del lugar para seguir la trayectoria de Rigall. Asimismo, los dispositivos de búsqueda no dieron los resultados esperados.