En el marco de la operación DAMAGE, se ha desarticulado un grupo criminal extremadamente peligroso, dedicado al robo en entidades bancarias mediante el uso de explosivos en sus cajeros automáticos. El explosivo se denomina técnicamente Triperóxido de Triacetona (TATP) y es muy utilizado en acciones terroristas de origen yihadista, como es el caso de los atentados de París, Bruselas y la explosión de Alcanar (Tarragona).
Se han detenido 4 personas y se ha puesto en busca y captura a una quinta, todas ellas de nacionalidad rumana. Tras una laboriosa investigación, los autores fueron detenidos in fraganti, con lo que se ha logrado constatar su participación en hechos idénticos en las provincias de Albacete, Valencia y Cuenca.
La detención tuvo lugar, cuando se disponían a ejecutar un nuevo robo en una sucursal bancaria de la localidad de Santa Ana (Albacete). El delito fue abortado por los agentes encargados de la investigación, con el apoyo de la Unidad Especial de Intervención (UEI), cuyo trabajo se requirió dada la peligrosidad y contundencia de las acciones de este grupo criminal.
Se han intervenido 730 gramos de la citada peligrosa sustancia, lista para ser detonada y se han realizado registros en la localidad de Socuéllamos (Ciudad Real), municipio de residencia de algunos detenidos. Se han encontrado también materiales y compuestos químicos utilizados en la fabricación del explosivo.
[Sumario]
La investigación se inició tras la comisión de varios robos en cajeros automáticos de entidades bancarias del medio rural, mediante un explosivo que ocasionaba daños de especial gravedad. En algunos casos peligraba la estructura de los edificios donde se colocaba, hecho que causó una grave alarma social. Ante la gravedad de los hechos se creó un grupo de trabajo formado por agentes de la Sección de Delincuencia Organizada de la UCO y la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Valencia. Tras identificar a los sospechosos, se los tuvo sometidos a una intensa y discreta vigilancia.
El Modus operandi de la organización criminal consistía en planificar exhaustivamente sus acciones. Seleccionaban objetivos en localidades de poca población y sin instalaciones de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y con facilidad de escape, tanto por carretera, como por caminos rurales. Tenían siempre un punto de encuentro en caso de huída. La mujer de uno de los detenidos trasladaba hasta las inmediaciones de la población elegida al resto del grupo, conformado por tres personas, uno de los cuales era experto en explosivos y con formación militar. Atacaban la sucursal siempre de noche.
Mientras uno de los componentes se ocupaba de la seguridad, los otros dos forzaban la ranura expendedora de papel moneda del cajero con un objeto contundente, por la que introducían una determinada cantidad de explosivo mediante el método conocido como "Paleta de Pizzero" o "Bate de Críquet", consistente en una pinza o pala formada por dos ramas vegetales que en un extremo se unían por el explosivo dispuesto en una fina capa cubierta por cinta de embalar. Una vez colocado el explosivo los autores se parapetaban en las inmediaciones y mediante un cableado que unía el explosivo con una pequeña batería de motocicleta, hacían explotar la carga. Posteriormente accedían al interior de la sucursal para hacerse con el botín y ser recogidos en el punto de encuentro por la misma persona que les había llevado.
Ha sido destacable la colaboración de EUROPOL, que había informado que algunos de componentes del grupo desarticulado ya habían actuado de la misma manera en países como Alemania e Italia.