El cadáver de Laura Luelmo, asesinada en El Campillo, fue incinerado este viernes en el sanatorio de la también localidad onubense de Gibraleón, después de que la jueza encargada del caso diera la autorización para ello.
Fuentes de la investigación informaron a EFE que la familia de la joven zamorana dio su consentimiento para la incineración el jueves, día en el que se le efectuaron las últimas pruebas al cuerpo en el Instituto Anatómico Forense de Huelva.
La incineración se realizó en la más precisa intimidad de los familiares, que luego trasladaron las cenizas a Zamora, tras disponer de ellas a primera hora de la noche. De esta forma, pudieron despedirse de Laura Luelmo diecisiete días después del crimen perpetrado por Bernardo Montoya, su asesino confeso.
Cabe recordar que los seres queridos de la zamorana han apelado a la “comprensión” de los medios de comunicación en estos duros momentos. Por eso, han solicitado que respeten su “dolor y sufrimiento” y que no se dediquen a “difundir bulos” o informaciones que puedan interferir en las investigaciones policiales.