Tras el aluvión de acusaciones en contra de José Antonio Avilés, el tertuliano o ha tenido otra opción que contarlo todo.
En una noche muy complicada para el joven, quizás la más dura de su vida, con más entereza de la que se pudiera esperar de su parte, de una vez por todas, le ha tocado encararse con la verdad.
El polémico colaborador ha estado acostumbrado a traer, llevar y manipular a su antojo la información, sin embargo, en esta ocasión, ante Jorge Javier Vázquez le ha tocado reconocer sus mentiras y sus errores.
El sagaz presentador de Telecinco, Jorge Javier Vazquez entrevistó a José Antonio Avilés en un especial de Supervivientes: Conexión Honduras acerca de los engaños y estafas que le atribuyen al joven.
El cordobés, sin intentar huir o responder por la tangente, ha sido muy sincero en sus respuestas: "He cometido errores, muchos” apuntó, y aceptando las acusaciones en su contra dijo asumir los errores que habría cometido en el pasado.
Aseguró que la mentira es el camino fácil y que se arrepentía de ello, “no te lleva a nada", ha sentenciado.
José Antonio Avilés tuvo la oportunidad de hablar con su familia y con su abogado y quizás por primera vez en su vida, el tertuliano optó por hablar con la verdad por delante, aunque esto no lo haya dejado muy bien parado.
En su brusco cambio de accionar, Aviles aseguró que si debe pedir perdón, así lo hará: “rectificaré, asumiré y reconoceré”. Dijo haber creado una vida paralela que no ha sabido parar a tiempo.
El joven tertuliano del programa Viva la Vida ha intentado explicarle a Jorge Javier Vázquez que todos los engaños cometidos por él y que hoy salen a luz, los hizo "en un momento malo" de su vida.
Trató de excusar a su familia excluyéndolos de todo esto: “ellos solo me han dado lo mejor”, asegurando que él solo les ha dado malos ratos y bochornos.
Reconoció que ha faltado diciendo que se avergüenza de todo lo que ha tenido que ver. Dijo haber mentido mucho y que ha engañado a mucha gente en el pasado, pero que su intención no era hacer daño: “era egoísmo”. Finalizó reflexionando que la “las mentiras tienen las patas cortas” y así ha quedado demostrado.