Noemí Salazar ha confesado que ha hecho un sueño realidad al poder vivir durante más de tres meses en la casa de Guadalix de la Sierra y se siente orgullosa de a pesar de no haber ganado GH VIP haber sido la cuarta finalista del reality puesto que no se esperaba llegar tan lejos.
Pero la cuarta finalista del concurso no ha dudado en confesarse en el debate de Gran Hermano el pasado domingo 15 de diciembre presentado por Jordi González. “Me siento rara” le comentaba Noemí Salazar a Jordi en el programa en directo y no ha dudado en asegurar que desde que ha salido del reality todo está siendo bastante complicado para ella y para su familia.
“Soy incapaz de dormir, llevo dos días en casa junto a mi hija y no he sido capaz ni de responder a los mensajes del teléfono móvil” afirmaba Noemí. También ha asegurado que estar tanto tiempo encerrada en un mismo sitio, en este caso la casa de Gran Hermano le ha dejado algunas secuelas como que cuando hablaba con su marido por teléfono intentaba hablar muy rápido porque tenía la sensación de que le iban a cortar la llamada.
También se tuvo que enfrentar al comportamiento que tuvo su madre en el plató de Gran Hermano donde ésta tuvo un pequeño enfrentamiento con Jorge Javier Vázquez, algo que hizo que después de lo ocurrido no fuera en más ocasiones al plató de Gran Hermano. Pero a pesar de eso, la madre de Noemí le explicó lo que pasaba antes de que la finalista viera las imágenes. “Tú sabes que soy muy sentida. Yo no tengo filtro y no he nacido para que se metan con mi hija, yo no soy la de ‘las papelas del camión’. Tengo un pronto muy malo, sin querer, pero no pasa nada. Ya está todo solucionado” le comentaba su madre a Noemí en una de las visitas a la casa de Gran Hermano Vip.
A pesar de todo Noemí Salazar comentó que no podría vivir sin su madre y que a pesar de que hubiera equivocaciones con ella no tendría problema en perdonarla. “Sin mi madre no soy nada, me hace mucha falta” comentaba Noemí.