Pocas veces un nacimiento provocó tanto revuelo. Asel es una pequeña que nació en Viena el pasado 1 de enero, a las 00:47 horas, lo que la convirtió en el primer bebé de 2018 en Austria. Este nacimiento fue reflejado, como es habitual, por todos los medios de comunicación del país. Sin embargo, la reacción de muchos austriacos estuvo muy lejos de ser la habitual, y es que en las redes y webs empezaron a aparecer comentarios racistas dirigidos a la pequeña.
“Deportad enseguida a esa basura”, “cuando tenga 18 va a ser una terrorista”, “también en 2018 Mehmet y Fatma son indeseados. Nada cambia con el número del año” e, incluso ” le deseo una muerte repentina” son algunos de los comentarios que se pudieron leer en las webs de los pricipales medios de comunicación austriacos.
Esta reacción provocó que muchas webs cerrasen la sección de comentarios en la noticia que hablaba del nacimiento de la pequeña Asel. Aunque en las redes sociales siguieron los ataques, que podían constituir delitos de odio.
Estos ataques han hecho, sin embargo, que haya surgido una campaña de denuncia de la situación y de solidaridad con la familia. El secretario general de Cáritas en Austria, Klaus Schwertner, ha emitido un comunicado en el que rechaza cualquier ataque a la comunidad musulmana y asegura que se ha traspasado la línea roja.
Al comunicado emitido por Cáritas se han sumado grupos políticos, iglesias, personajes conocidos de la sociedad austriaca, medios de comunicación y numerosos ciudadanos anónimos. De hecho se ha organizado una campaña en internet para apoyar a la familia de Asel y para luchar contra el odio.