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Uno de cada cuatro niños rohingya en Bangladesh podría morir por desnutrición

Un padre da de comer a su hijo de 18 meses un suplemento nutritivo que lo ayudará a recuperarse de la desnutrición aguda.

Casi una cuarta parte de los niños rohingya menores de cinco años que han huido a Bangladesh en los últimos dos meses sufren de desnutrición aguda, según nuevos datos de una investigación de Save the Children, junto a Acción contra el Hambre, ACNUR, Unicef y el Programa Mundial de Alimentos.

La investigación muestra que alrededor de un tercio de estos niños están gravemente desnutridos, lo que significa que tienen nueve veces más probabilidades de morir que los niños que no padecen desnutrición. Estos son significativamente más vulnerables a contraer infecciones y otras enfermedades como la diarrea o infecciones de pecho.

“La situación es peor de lo que temíamos”, señala Nicki Connell, asesora de nutrición de emergencia de Save the Children en Cox’s Bazar. “Un gran número de niños rohingya están llegando a Bangladesh ya desnutridos. Una vez que llegan se ven en una situación en la que tienen que depender de las raciones de alimentos para sobrevivir, con niveles de higiene muy bajos y muchas dificultades para conseguir agua potable limpia. Todos los días llegan niños a nuestras clínicas necesitando desesperadamente alimentos terapéuticos para evitar la muerte”, alerta.

Ayuda humanitaria urgente

Nicki Connell advierte de que no solo los menores sufren desnutrición: “Es raro ver este nivel de desnutrición entre los niños, incluso en una crisis como esta, y aún más raro ver que también afecte a los adultos. Hace unos días llegaron dos hombres a una de nuestras clínicas, uno con un peso de 32 kg y otro de 34 kg. Ver casos como este es una señal segura de que tenemos una gran crisis de desnutrición a la vuelta de la esquina. Es urgente que se intensifique la ayuda humanitaria para evitar una catástrofe en la que un gran número de niños puede morir”, añade Connell.

“Actualmente no hay suficientes servicios para llegar a todos los niños que lo necesitan”.[Sumario]

La investigación, realizada en las últimas dos semanas, recopila información sobre los hábitos de alimentación y salud de los niños pequeños y las mujeres de 405 hogares en uno de los asentamientos donde viven tanto familias rohingya recién llegadas o ya más establecidas. Se estima que las tasas de desnutrición en áreas donde solo hay recién llegados son aún más altas.

Como resultado, Save the Children está ampliando rápidamente su respuesta en salud y nutrición, especialmente en tratamiento y prevención de la desnutrición. La organización trabaja en dos clínicas de atención primaria de salud en las afueras de los campamentos, donde viven las familias a las que es más difícil llegar, y está en el proceso de establecer siete clínicas más.

A principios de esta semana Save the Children también ha abierto un centro de tratamiento para niños desnutridos junto a su clínica en el campamento de Kutupalong, y se prevé la apertura de otros centros dentro de las próximas dos semanas.

Los niños con desnutrición aguda severa reciben alimentos terapéuticos para ayudarles a aumentar de peso y recuperarse, sin embargo, actualmente no hay suficientes servicios para llegar a todos los niños que lo necesitan. Los campamentos del distrito Cox’s Bazar carecen de higiene y comida saludable. Muchas familias rohingya luchan por sobrevivir, a menudo con tan solo una comida al día compuesta de arroz y lentejas.

“Esta investigación es la instantánea más completa que tenemos sobre la situación de la desnutrición de los rohingya en Bangladesh. Es como una alarma sonando fuerte y clara. No podemos ignorarla”, explica Connell.

La crisis de los Rohingya

Más de 600 rohingya han huido al distrito de Cox´s Bazar, en Bangladesh, desde el 25 de agosto por el aumento de la violencia en el estado de Rakhine, al norte de Myanmar, donde se incendiaron pueblos enteros, se dispararon a civiles mientras trataban de huir y muchas mujeres fueron violadas.

La crisis de los Rohingya es, según la ONU “la crisis de refugiados que crece más rápidamente en todo el mundo”. Los inmigrantes rohingya, que se han quedado sin nada, acuden a diario a los campos de refugiados de Bangladés donde, en muchos casos, no hay acceso a servicios básicos como agua potable o atención médica.

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