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Meghan Markle pensó suicidarse: “no quería seguir viviendo más”

Harry de Windsor, Meghan Markle y Oprah Winfrey / Captura de pantalla

A casi un año de la renuncia a sus derechos reales, los ex duques de Sussex, el príncipe Harry y Meghan Markle, dieron una entrevista, de alrededor de dos horas de duración, a la reina de los "talk shows" en los Estados Unidos, Oprah Winfrey, donde revelaron una serie de impresionantes detalles sobre la realeza y cómo fue su vida como parte de la monarquía inglesa.

Meghan Markle (4 de agosto de 1981), acusó a la familia real inglesa de fomentar una atmósfera de hostilidad racial tan intensa, que la hizo pensar en el suicidio cuando estaba embarazada de su primer hijo, Archie.

 

¿Racismo dentro de la casa real inglesa?

La actriz confesó que algunos miembros de la familia mostraron preocupaciones sobre qué tan oscura iba a ser la tez de su primogénito, que habían hecho todo lo posible para negarle un título nobiliario y a proporcionarle la seguridad necesaria.

Cuando los tabloides sensacionalistas comenzaron a hostigar abiertamente a Meghan, nadie dentro de la casa real había levantado un dedo para defenderla habían reconsiderado la decisión sobre la seguridad de su hijo, afirmó. Aseguró haberse sentido totalmente desprotegida de los ataques de los tabloides y socavada por lo que ella denominó “la empresa”, que es el aparato que rodeaba la casa real y que había rechazado, reiteradamente, sus pedidos de ayuda, por lo que ella se negó a salir a la calle por meses.

 

Meghan Markle pensó en suicidarse. 

“Esto estaba pasando solo porque me encontraba respirando” confesó Markle, quien de inmediato rompió a llorar, provocando que Winfrey hiciera lo mismo. “No quería seguir viviendo más. Ese fue mi pensamiento: claro, aterrador y constante”, agregó.

Cuando Winfrey le preguntó si, en algún momento, había pensado  acerca de su origen birracial o sobre su nacionalidad estadounidense o en el hecho de que ella estaba divorciada cuando se unió a la familia real, Markle respodió que sí, que lo pensó pero “porque me hicieron pensar en ello”.

 

Meghan Markle y Harry no acusaron a nadie directamente.

Tanto Meghan como Harry, hicieron todo lo posible por llenar de elogios a la reina Isabel II, es más, no acusaron a nadie directamente. Al contrario, la pareja real más bien describió que todos los familiares involucrados dentro del drama institucional están en un estado de terror absoluto, sobre todo debido a la “máquina monstruo sensacionalista”, como la definió Markle que, de un momento a otro, volverse contra ellos como lo hizo con ella.

Sin embargo, el relato que dieron ambos, el de una familia que al principio recibió a la actriz con los brazos abiertos, cambió luego que, la entonces duquesa, quedó embarazada y comenzó a ganarse los elogios por su compostura como figura pública.

Un episodio que la ex duquesa describió como un punto de inflexión, fue el que se produjo a los pocos meses después de su boda de cuentos de hada con Harry en el castillo de Windsor (hay que recordar que el arzobispo de Canterbury los casó tres días después en una ceremonia privada): los tabloides sensacionalistas informaron que ella había hecho llorar a la esposa de su cuñado, la duquesa de Cambridge.

De acuerdo a Markle, eso no fue así, fue al revés, había sido la duquesa Catalina quien la había hecho llorar a ella, aunque luego le pidió disculpas y le regaló un ramo de flores. Lo que le causó asombro no fue que los tabloides le dieran la vuelta a la historia y sino que, en el palacio de Buckingham, no negaron la veracidad de la información.

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