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Venezuela celebra elecciones parlamentarias en medio de una perpetua crisis

Venezuela

Hoy se celebran en Venezuela elecciones parlamentarias en medio de una crisis perpetua y con una oposición que tiene claro su objetivo: plantarse ante Nicolás Maduro. Por el momento, la susodicha oposición, que logró la mayoría de la Asamblea Nacional, no reconoce estos comicios (han pedido a la población que no vaya a votar para que la abstención sea muy alta) y los considera una maniobra del Régimen de Maduro.

[Sumario]

Hay que remontarse al año 2018: Nicolás Maduro lograba ser reelegido con un 68% de las papeletas a su favor, en unos comicios que estuvieron marcados por una muy baja participación y la ausencia de nombres importantes en la oposición, que renunció a participar en aquellas elecciones por considerarlas “fraudulentas”. Desde entonces, las cosas no han cambiado. Maduro, a pesar de la pandemia por coronavirus, mantiene el objetivo de acorralar a la oposición que sigue plantada contra el chavismo.

Venezuela vive este 6 de diciembre unas elecciones parlamentarias que la oposición, desde el primer momento, se ha negado a reconocer. Leopoldo López lo explicaba en una entrevista reciente: “No nos deja presentar nuestros propios candidatos”.

El pasado 23 de enero del año 2019, Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, defendió la ausencia de un jefe de Estado legítimo para poder erigirse “presidente encargado”. Este paso fue avalado por más de un medio centenar de países, entre ellos, España y Estados Unidos,  reconocieron a Guaidó. Desde entonces, Venezuela vive en una especie de bicefalia. La oposición logró ganar las últimas elecciones convocadas a la Asamblea Nacional, a la que Nicolás Maduro quitó poderes para no tener enfrente a una oposición como tal.

En esta nueva cita con las urnas, el mensaje de López y Guaidó no ha cambiado absolutamente nada. La oposición ya ha comunicado que la Asamblea Nacional dará por hecho que su mandato ha sido prorrogado al no celebrarse unas elecciones legítimas. Una realidad muy complicada en uno de los países más ricos del mundo que está viviendo su peor crisis económica de toda su historia.

Maduro no duda en acusar a sus rivales de preparar un “boicot” contra su persona y, si pierde, no tendrá problemas a la hora de reconocerlo. Eso sí, también asegura que no cree que salga derrotado de estos comicios electorales. Por el momento, el paso que ha dado es limitar el poder de la oposición hasta unos límites insospechados.

El país sigue, mientras tanto, haciendo frente a una crisis perpetua, histórica, peligrosa y que ha sido relatada por los exiliados. Además, todo se ha acentuado por la pandemia del coronavirus. El Fondo Monetario Internacional ha revelado que el PIB de Venezuela ha caído en un 18% en el año 2018 mientras que en el 2019 previó una caída del 25%. Y el dato de hiperinflación es auténtico histórico: en el 2019, según el FMI, aumentó un 10%.

López, desde su posición en la oposición, lo tiene claro:

“Nosotros siempre hemos querido participar en la elección, y en la última elección que participamos en 2015, hicimos grandes esfuerzos, entre ellos huelgas de hambre. Maduro al recibir los resultados dijo, más nunca iremos a una elección para perderla. Y Felipe González siempre recuerda esto (…) Maduro utiliza al Tribunal Supremo para ir rebanando las competencias de la Asamblea Nacional”.

¿Cómo lo hace? Por ejemplo, expropiando a los candidatos. El líder opositor lo explicó así:

“Yo soy el líder de un partido que se llama Voluntad Popular. Bueno, hoy Voluntad Popular ante el Consejo Nacional Electoral tiene a otro representante (…) Si nosotros quisiéramos participar, no podemos presentar nuestros diputados, no podemos presentar nuestros candidatos”.

Un ejemplo más de la situación es el hecho de que el Parlamento Europeo no enviará a ninguna misión de observación a estos comicios. El comunicado enviado por David McAllister, presidente de la comisión de Asuntos Esteriores; y por Tomas Tobé, presidente de la comisión de Desarrollo (ambos miembros del Partido Popular Europeo) no puede ser más claro:

“El Parlamento Europeo no observará los comicios y por tanto no hará comentarios sobre el proceso ni sobre los resultados. Ningún miembro del Parlamento Europeo ha recibido mandato para ejercer de observador”.

 

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