El Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés), ha incrementado sus ataques a la desesperada, ante el acorralamiento de las fuerzas iraquíes. En los últimos días, el avance ante los terroristas se está viendo ralentizado, por el aumento de los ataques suicidas por parte de los miembros del ISIS.
A esto hay que añadir la infiltración de los yihadistas entre los civiles. Según ha afirmado el teniente Sami al Aridhi, de las fuerzas especiales iraquíes, el Estado Islámico sigue controlando un reducto de unos 500 por 300 metros, en la parte oeste de la ciudad de Mosul. Aridhi confirma que todavía quedan ‘’al menos 200 combatientes del ISIS’’ en la ciudad iraquí. Para combatir los ataques suicidas, las fuerzas iraquíes han avisado a los civiles que se desprendan de parte de la ropa que llevan, antes de aproximarse a los puestos de control.
Junio de 2014
Los yihadistas tomaron la ciudad en junio de 2014, y Abubaker al Bagdadi se autoproclamó Califa, ahora tres años después el ISIS se enfrenta a la pérdida de su última plaza en Irak.
La gran tragedia, es la que viven en su día a día de guerra, la población civil que trata de escapar de la barbarie de los yihadistas. En estos momentos, el punto de mayor dificultad para las fuerzas iraquíes, se sitúa en el casco antiguo de Mosul, donde según el teniente Aridhi, los combates están siendo terribles ante el atrincheramiento de los terroristas, en las calles estrechas de la parte vieja.
Aridhi calcula que el fin de la batalla por Mosul, que comenzó hace ocho meses, se producirá en aproximadamente en una semana.