Esta mañana la ciudad de Malabo se ha despertado consternada por los disparos a plena luz del día. Los hechos ocurrían a primera hora, cuando un policía disparaba a quemarropa a un conductor. Primero a quienes no paraban, pero también a aquellos que intentaban aparcar en el arcén para no detener el tráfico. En total ha habido cuatro disparos: tres de ellos a conductores y otro a un copiloto, la hermana de uno de ellos. Todos ellos han muerto. Según fuentes directas, los policías disparaban y volvían a montar en sus vehículos para alejarse de la zona, dejando las calles inundadas de pánico y gritos.
Huelga de taxistas
En la ciudad de Malabo, el pasado mes de mayo, se exigieron mejores condiciones de trabajo y la reducción de las tasas fiscales. La respuesta del ministro de Interior, Clemente Engonga Nguema Onguene, fue prohibir la circulación de taxis durante 72 horas, que se alargó, extraoficialmente, durante dos semanas más, siendo éste el único transporte para la población, en ausencia de un sistema de transportes público.
El presidente Obiang, que quiere relacionar estas quejas con estrategias de su oposición, exige ahora un permiso especial para ejercer la profesión así como pintar nuevamente los coches de otro color. Ante las dificultades de su cumplimiento por el bajo nivel económico de su población, el presidente ha dado órdenes de realizar controles indiscriminados y abrir fuego a aquellos que no paren sus vehículos.
La población se encuentra consternada ante el pánico generado esta mañana y los cuerpos de las víctimas que, aún en las calles esperando a ser recogidos por las familias, se suman a las cifras ocultas de asesinados en la huelga de mayo.