Yoselin Ortega, una mujer de 55 años y de origen dominicano, trabajaba como niñera de Lucía y Leo de 6 y 2 años respectivamente.
La tarde del 25 de octubre de 2012, en el domicilio de Nueva York donde trabajaba al cuidado de dos niños, Yoselyn Ortega asestó 30 puñaladas mortales a los pequeños. Fue su madre quien encontró sus cuerpos.
Este lunes, Ortega, la asesina de los niños, ha sido condenada a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Valerie Van Leer-Greenberg, abogada de la acusada, nunca negó los hechos pero aseguraba que su defendida sufría una enfermedad mental no diagnosticada que empeoró justo antes del ataque.
Sin embargo, el jurado, consideró que la asesina estaba lúcida y en plenas facultades cuando cometió el asesinato, por lo tanto es culpable.
"Lo hizo en forma intencionada, con total comprensión de lo que hacía, cada puñalada tenía un propósito, acabar con la vida de los dos pequeños" -dijo el fiscal Stuart Silberg-.